Las operadoras aplazan la guerra por el 5G, al menos hasta el próximo año

J. A. BRAVO MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

IAGO GARCÍA / JORGE GARCÍA

Pese a que Vodafone estrenó la primera red, el resto cree que aún no hay prisa

17 jun 2019 . Actualizado a las 18:06 h.

España está haciendo historia en el 5G. Esto es, la quinta generación de redes de telecomunicaciones móviles. El 20 de febrero, la filial española de Vodafone realizó la primera llamada del mundo con esa tecnología entre dos smarphones (teléfonos inteligentes) del fabricante chino Huawei -que también suministró los equipos de red- y con velocidades de descarga en movimiento de hasta 1,7 gigabits por segundo. Un año antes ya había logrado la primera conexión internacional de este tipo (en realidad, de una red de prueba 5G a un móvil 4G) entre dos localidades: la barcelonesa Castelldefels y Madrid.

 El pasado fin de semana los mismos protagonistas estrenaron la primera red comercial 5G de España, anticipo al despliegue de estas nuevas redes por parte de Vodafone en otros países europeos como Italia (el lunes, 17 de junio) y Reino Unido (3 de julio). Una quincena de grandes ciudades españolas, entre ellas A Coruña y Vigo, ya disfrutan, con una cobertura inicial del 50 %, de unas conexiones más veloces (1 gigabit por segundo en descarga de datos, que se duplicará a finales de año) y con menor tiempo de respuesta.

Pero, ¿supone el comienzo de una nueva guerra comercial? No, aunque obviamente la multinacional británica toma la delantera, para sus principales competidores no resulta preocupante, al menos según sus valoraciones en un reciente encuentro informativo. «En la vida hay que llegar en el momento justo..., ni muy pronto ni muy tarde», afirmaba el director de Operaciones, Red y TI de Telefónica España, Joaquín Mata, para quien toda nueva tecnología «hay que testarla y no quemarla; hay que probar bien el ecosistema».

Su homóloga en la filial española de Orange, Mónica Sala, apuntaba en la misma dirección: «Nuestro 5G llegará cuando se puedan ofrecer a los clientes todas las promesas que se han realizado sobre esta tecnología». Y con ellos coincidía el responsable de Operaciones de MásMóvil -el cuarto operador del país con red propia-, Miguel Sala, quien ponía el foco en contar antes con una demanda suficiente.

VODAFONE

«Revolución»

Desde Vodafone defienden lo que su presidente y consejero delegado en España, Antonio Coimbra, calificó esta semana de «revolución». Fuentes de la operadora señalan que el 5G disponible para sus clientes «es el mejor que podrá instalarse con la tecnología habitual». Por eso será lo que se conoce en términos técnicos como Non Stand Alone (NSA), un sistema respaldado por el 4G actual. Y desde sus rivales señalan que no se trata de un 5G real, sino una «adaptación» -básicamente la antena y el móvil contarán con la nueva tecnología- que, en cualquier caso, es aplaudida desde la Administración porque puede terminar siendo un incentivo al sector para acortar los plazos -en 2020 podrían verse las primeras iniciativas competidoras- y «mejorar la experiencia», apuntan desde el Observatorio Nacional del 5G. Por ahora, las experiencias internacionales han sido en sistema NSA, dado que el despliegue de las nuevas redes es aún incipiente.

España, por delante

Para contar con la tecnología 5G Stand Alone (SA), es decir, la independiente que permitirá, por ejemplo, multiplicar por diez las velocidades de conexión y cuadruplicar los niveles de descarga, habrá que esperar varios años. En la UE no se prevé completar hasta 2025 un despliegue que en todos sus Estados debería empezar, al menos, en 2020. España está entre los más adelantados -su proceso se completaría en 2024- y en julio de 2018 ya hizo una primera subasta de espectro de red (en la banda de 3,6 a 3,8 GHz, donde Vodafone adquirió la capacidad que explota ahora) por 437 millones de euros, aunque con intereses y tasas casi se triplican hasta 1.411 millones.

La televisión, obligada otra vez a cambiar de frecuencia

En menos de un año -probablemente marzo o abril del 2020- debe celebrarse la segunda subasta, la de los 700 MHz, que obligará a su inquilina actual -la televisión digital terrestre (TDT)- a mudar de frecuencia y, a la vez, ascender de nivel tecnológico. Pero las operadoras temen que el Gobierno, necesitado de ingresos para cumplir con el objetivo de déficit, incremente los precios.

Así lo hicieron los de Italia (6.500 millones recaudados en el 2018 para toda su red 5G) y Alemania( 6.550 millones esta semana), mientras que el británico fue más moderado (1.270 millones). La patronal europea de las telecos (GSMA) ya ha advertido de que usar el despliegue con «fines recaudatorios» frenará el desarrollo tecnológico de la UE, beneficiando a EE.UU y Asia.

El 5G será clave para la explotación del Big data, con una pugna entre EE.UU. y Asia en la que Europa no toma partido todavía. La red ultrarrápida es la llave de entrada al internet de las cosas. Esto es, que todo tipo de objetos puedan conectarse a Internet.