Salvaje agresión homófoba a una azafata de Ryanair y su pareja en un bus de Londres

Andrea Presedo
A. Presedo LA VOZ

SOCIEDAD

Las víctimas fueron golpeadas después de que se negaran a darse un beso

07 jun 2019 . Actualizado a las 16:32 h.

Continúan las agresiones homófobas en espacios públicos. El último caso lo vivió una pareja lesbiana en un autobús nocturno en Londres la pasada madrugada del 31 de mayo. Una de las víctimas, Melania Geymonat, hizo pública su denuncia a través de redes sociales, donde compartió la fotografía en la que se evidencia la brutalidad de la paliza que recibieron las dos jóvenes a manos de un grupo de cuatro hombres.

Los hechos sucedieron con rapidez. Melania y Chris, su pareja, acababan de coger un autobús nocturno -el N31 en Weast Hampstead- para regresar a su casa en Camdem Town. Volvían de tomarse una cerveza y, como siempre, eligieron los asientos delanteros de la parte superior de los tan típicos buses de dos pisos de la capital británica. «Debimos besarnos o abrazarnos», explica Melania. Acto seguido, un grupo de cuatro hombres se sentó tras ellas y les empezaron a gritar «lesbianas» mientras también les hacían «gestos sexuales con sus manos». Les pidieron reiteradas veces que se besasen para ellos, «como si fuésemos un espectáculo y ellos la tribuna a entretener», relata la joven en su publicación en Facebook.

En un intento por mediar la situación, Chris se hizo la enferma para que los hombres las dejasen en paz. Pero esto solo agravó la situación. «Nos tiraban monedas, cada vez más entusiasmados», puntualiza Melania. Lo siguiente que recuerda es que empezaron a apalizar a su pareja, tras intentar separarlos de ella, le rompieron la nariz a Melania. «No estoy segura de si me quedé inconsciente, solo veía mi sangre», añade.

Melania, que no solo ha puesto una denuncia oficial, ha compartido a través de sus redes sociales el relato de su agresión y la frustración que siente como homosexual: «Esto no es algo que ocurra de forma aislada, sino que es bastante común», comenta. Enfadada, reflexiona sobre la necesidad de que haya sangre en la imagen compartida por ella misma para que la misma pueda generar algún tipo de impacto en la sociedad y se ponga fin a las agresiones homófobas. La joven da gracias a «los hombres y mujeres de mi vida que entienden que tener huevos significa otra cosa».

Colaboración ciudadana

Los agresores, según recuerda la joven, eran cuatro. Uno de ellos hablaba español y el resto tenían acento británico. La policía británica califica este hecho como «inadmisible» y llama a la colaboración ciudadana para encontrar testigos de este ataque homófobo.