La UE alerta: el mercado de la cocaína se está «uberizando»

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

SOCIEDAD

La droga es cada vez más accesible debido a nuevas estrategias de compra a través de teléfonos y tabletas; España está entre los grandes consumidores

16 sep 2019 . Actualizado a las 21:33 h.

Un 29 % de los ciudadanos de la UE han probado las drogas en algún momento de su vida. Son las estimaciones que hace el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías en su informe anual sobre consumo. El documento señala tres tendencias preocupantes: La «uberización» del tráfico de estupefacientes, el aumento de su pureza y la mejora de las redes de acceso.

 Cannabis

El cannabis sigue siendo la reina de las drogas en Europa. Del total de incautaciones de sustancias estupefacientes en el Continente, el 42 % están relacionadas con ella. En el 2017 se llegaron a confiscar en la UE 446 toneladas de hachís, casi las tres cuartas partes en España, y 209 toneladas de marihuana. A pesar del repunte, las cifras están muy lejos de las del 2005 (casi el doble). El precio medio estable y asequible (9-13 euros/gramo) y el aumento en la potencia de la droga desde el 2007 están detrás de su popularidad. 

¿Por dónde entra?

Aunque la mayor parte de la marihuana que se consume en Europa se produce en espacios cerrados a lo largo del Continente, el hachís tiene origen foráneo. Marruecos es el principal proveedor de esta droga, debido a su cercanía a España, principal puerta de acceso. Aunque la inestabilidad y falta de autoridad en Libia está convirtiendo a ese país norteafricano en otro exportador de peso.

¿Quién la consume?

Adultos jóvenes, principalmente. Unos 17,5 millones de europeos en esa franja de edad (15-34 años) reconocieron haber consumido esta droga en el último año (14,4 %). Los franceses encabezan la lista (21.8 %), seguidos de italianos (20,9 %) y checos (19,3 %). A pesar de la cercanía, los españoles se sitúan cuartos (18,3 %).

Cocaína

Buena parte de la cocaína que se consume en el continente entra escondida en grandes contenedores de mercancías. El volumen y la pureza de la droga que se descarga y se vende al por menor ha aumentado en los últimos diez años. Y no solo eso. Se ha detectado una «reorganización de la cadena de tráfico y de los actores implicados en los niveles intermedios», señala el informe. Ya no hay grandes capos o jerarquías. Las organizaciones se han fragmentado, están menos definidas y funcionan de forma más horizontal.

El negocio en torno a esta droga es tan suculento y jugoso para algunas redes que, al igual que ocurre con nichos de negocio legales, han empezado a surgir «emprendedores» cada vez más competitivos. La cocaína ya no es coto exclusivo de un par de organizaciones criminales, han aparecido pequeños grupo en red. ¿Cómo? A través de la tecnología y la «uberización» del mercado, que permiten nuevas estrategias de distribución. Se acabó el boca a boca. Los consumidores pueden comprar cocaína a través de servicios telefónicos exclusivos, con la opción de pedir entregas «rápidas y flexibles», como si se tratase de comandas de comida. El encriptado en estas plataformas, el uso de criptomonedas para el pago y el uso extendido de la deep web (el Internet oscuro) para ocultar las identidades de vendedores y consumidores ha facilitado este nuevo bum.

¿Por dónde entra?

Los grandes puertos españoles concentran el 42.2% de las incautaciones de cocaína y esto se debe, según el director del Observatorio, Alexis Goosdeel, al vínculo histórico e idiomático entre España y los países productores de latinoamérica. Si bien es cierto que los puertos de Amberes y Rotterdam se han convertido en los nuevos paraísos de los narcontraficantes. Las redes de corrupción que operan en estos gigantescos muelles y las dificultades para poder controlar todo el tráfico de contenedores que se mueven en estas mini ciudades facilita el trabajo de los criminales. En el año 2017 la UE registró un máximo histórico de incautaciones (104.000) en las que se confiscaron 140.4 toneladas, el 61% del volumen en España y Bélgica. La fragmentación de las redes de tráfico y la diversificación del negocio ha multiplicado el número de incidentes relacionados con ajustes de cuentas entre grupos. Las autoridades holandesas reconocieron en el 2018 que están “desbordadas” por este fenómeno.

 ¿Quién la consume?

La cocaína ha aumentado su pureza (49-71 %) y ha mantenido estable su precio medio en unos 55 y 82 euros. “Su disponibilidad está en el máximo nivel de todos los tiempos”, aseguran los expertos, quienes detectan un aumento de su consumo en los principales países de Europa Occidental. La lista la encabeza el Reino Unido. Un 4.7% de los británicos entre los 15 y los 34 años reconoce haber consumido esta droga en el último años. Le siguen los holandeses (4.5%) y los daneses (3.9%). España ocupa la sexta posición con un ligero descenso del consumo hasta el 2.8%, una tendencia que se observa desde el inicio de la crisis, en el 2008. Pero son los belgas, chipriotas, franceses, italianos y luxemburgueses los que consumen con mayor frecuencia (más de 50 días en el último año). Cuando se trata de pedir ayuda, los españoles, italianos y británicos representan el 73% de quienes inician un tratamiento de rehabilitación. Lo hacen a los 34 años, de media, a pesar de que se inician en el consumo a los 23. Hay grandes disparidades entre géneros. El 85 % de los europeos que inhalan cocaína o fuman crack son hombres.