El ciclón Miguel pasa por Galicia sin causar estragos

SOCIEDAD

Xavier Fonseca / Álex López-Benito

En Viveiro se registraron rachas de viento de 132 km/h y en Santa Comba se recogieron más de 72 litros de lluvia por metro cuadrado. Hay activada una alerta naranja

06 jun 2019 . Actualizado a las 19:33 h.

Las rachas de viento que trajo el ciclón Miguel llegan a los 132 kilómetros por hora en la localidad lucense de Viveiro y las lluvias acumulan más de 72 litros por metro cuadrado en algunas localidades como Santa Comba. Además, está sorprendiendo su presión, que ha caído hasta los 970 milibares, una cifra propia de las borrascas más intensas que nos afectan en invierno. Lo peor del temporal aún no ha pasado. Por la tarde el ciclón alcanzó la máxima proximidad a la costa gallega y el viento arreció con mucha fuerza.

 Por la noche, el viento rolará del suroeste al noroeste y volverá a soplar con fuerza. Los avisos se extienden hasta las doce de la noche.

La Aemet avisa de que se recogerán al menos cuarenta litros por metro cuadrado en doce horas y no se descarta que en solo una hora puedan registrarse hasta quince litros. Las precipitaciones estarán además acompañadas de granizo y aparato eléctrico. 

Una borrasca de lo más atípica

El sistema de bajas presiones que barre este jueves la comunidad es de lo más extraño para la época del año en la que estamos. Se trata de una borrasca que ha experimentando un proceso de ciclogéneis explosiva. Es decir, su presión ha caído más de veinte milibares en 24 horas. Además, los modelos apuntan a que en las próximas horas presentará un aspecto de lo más curioso, adquiriendo algunas características propias de los ciclones tropicales. «Será do tipo Shapiro-Keyser. Durante o seu proceso de formación, prodúcese o que denominamos unha seclusión cálida. Básicamente esta seclusión cálida consiste en que a borrasca adquire unha anomalía cálida no seu centro. Esta é unha característica típica dos furacáns, aínda que en ningún caso hai que confundir esta borrasca cun furacán. Según la previsión, la borrasca sufriría este proceso justo encima de las costas gallegas. As nubes adquiren unha forma moi partircular xa que comezan a xirar en torno ao centro formando unha espiral que finalmente se pode cerrar dando lugar a un ollo, o que novamente recorda aos furacáns», explica Damián Insua, investigador del grupo de Física Non Lineal de la Universidade de Santiago.