La OCU ha puesto en jaque dos productos para niños pero, ¿hay motivos para alarmarse o desconfiar?

UXÍA RODRÍGUEZ
A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

Todas las alarmas saltaron con el informe de la OCU que asegura que las cremas solares Isdin Fotoprotector Pediatrics Transparent Spray SPF 50+ y Babaria Infantil Spray Protector SPF 50+, ofrecen menor protección de la prometida, de 15 en el caso de Isdin y de 30 en el del Babaria.

Las reacciones no se hicieron esperar. ISDIN publicó los estudios realizados y un comunicado en el que niega que sus productos solares tengan menos protección  y asevera que, pese a haber solicitado a la OCU el estudio en el que, supuestamente, se obtuvo un SPF y un UVA-PF inferior al indicado en el etiquetado, no ha obtenido respuesta.

Por su parte, la Agencia Española del Medicamento (Aemps), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha solicitado a la Organización de Consumidores y Usuarios el estudio completo sobre cremas solares que ha realizado. 

A pesar de todo, la duda ya está en el aire. Sobre esos productos en concreto y sobre todos los protectores solares en general. La noticia de la OCU corrió como la pólvora en redes sociales y grupos de whatsapp. 

Deborah García Bello, química y divulgadora científica no deja lugar a dudas: «Es imposible que salga al mercado un producto de protección SPF 50+ y tenga 15. Es imposible», asegura. «Lo primero que pienso es que el estudio de la OCU tiene que estar mal hecho por algún motivo o que hubiese un lote defectuoso. Es lo único que se me puede ocurrir para explicarlo. Y de ocurrir algo así, tiene que ser algo muy muy excepcional», afirma. 

«Hasta que no se certifique el estudio, cómo se hizo, dónde se adquirió el producto... Esto es alarmar por alarmar», afirma la experta que explica que, «como consumidor, si compras un producto de protección solar o cualquier producto cosmético y no cumple con las expectativas, te da una reacción alérgica o cualquier tipo de problema, lo que hay que hacer es acudir a la farmacia. Las farmacias tienen la obligación de notificarlo a las autoridades sanitarias. Muchas veces la gente no lo sabe» y eso, mantiene, es lo que debería haber hecho la OCU en primer lugar: notificarlo a las autoridades sanitarias. «Además, estamos hablando de un producto de protección solar que, aunque en España está reconocido como cosmético, en Estados Unidos es un medicamento. En Europa, es la misma autoridad sanitaria la que regula tanto los medicamentos como los cosméticos: la AEMPS».

Por si fuera poco, todo ha ocurrido en plena ola de calor. Con las playas llenas. «Hay que tranquilizar a la población. Me preocupa mucho que la gente pueda llegar a pensar “para qué me voy a poner crema solar si total no me protege”. Llevamos años haciendo campañas para que la gente se proteja del sol y cosas como esta nos hacen retroceder. La calidad de los protectores está más que demostrada. El filtro solar funciona y está demostrado que es estable el tiempo que dice que es estable», asegura Marga Muñoz, vicepresidenta Colegio de Farmacéuticos de A Coruña.

«No se puede alarmar de este modo. Los productos que se dispensan en una oficina de farmacia son productos que han pasado todas las pruebas y todos los controles pertinentes. Los protectores se han expuesto a situaciones muy extremas. Tienen una calidad de filtros muy buena, es que no hay duda. El único problema que puede haber es el mal uso. Un fotoprotector solar funciona bien siempre que se aplique correctamente», recuerda la farmacéutica a la que le llama especialmente la atención «esta alarma en un producto que llevamos años vendiendo (en referencia a la crema de ISDIN en entredicho) y que nunca ha dado ningún problema. Jamás he tenido ninguna queja con este producto en todo este tiempo».

Además, Marga Muñoz recuerda que «no ha llegado ninguna alerta de que haya que retirar algún producto. Eso ya dice mucho. Si alguno no fuese lo eficaz que debería ser, que la población esté segura de que nos llegaría una alerta e, inmediatamente, se retiraría. Y esas alertas llegan muy rápido».

Para resolver todas las dudas, la divulgadora científica Deborah García Bello, nos ayuda a contestar a algunas de las cuestiones que la alarma de la OCU ha puesto sobre la mesa. 

¿Cómo se realizan las pruebas para determinar el SPF?

La prueba del factor de protección solar se hace sobre piel, es lo que se llama en ciencia una prueba in vivo. A personas voluntarias se les aplica una cantidad del protector a testar en una parte de la piel que se va a irradiar con radiación ultravioleta. La cantidad que se aplica es la que, luego, recomendará el fabricante y que suele ser a razón de dos miligramos por centímetro cuadrado de piel.

La zona se irradia y el SPF se establece a partir del tiempo que pasa hasta que se empieza a causar algún tipo de eritema en la piel. Ese tiempo es el que te da el factor de protección solar.

¿Cómo se calcula ese factor de protección solar?

 Un factor de protección solar lo que hace es multiplicar el tiempo de exposición que la piel puede estar al sol antes de que aparezca un eritema. Si tú te expones al sol y en dos minutos de exposición directa empiezas a tener un eritema, si te pones una protección solar 30, multiplicas por 30 ese tiempo de exposición.

¿Todas las cremas solares que salen al mercado pasan por esta prueba?

 Este ensayo está tipificado, cualquier laboratorio que saca un producto de protección solar al mercado tiene que pasar ese control de calidad, notificarlo a la AEMPS con todos los informes que lo acrediten y, después, es cuando se autoriza la venta. Cada producto de forma individual tiene que pasar por ese control.

¿Qué tipos de filtros existen?

Los productos de protección solar llevan unas sustancias que se llaman filtros y pueden ser de dos naturalezas. Los filtros físicos, con sustancias como el óxido de titanio o de zink, que son fluorescentes. Lo que hacen es absorver la radiación ultravioleta y la reemiten como radiación visible. Se suelen explicar, de manera muy sencilla, como si fuesen espejos. Suelen estar presentes en las cremas infantiles porque “no se gastan” y, aunque hay que reponerlos cada dos horas igual que todos, son muy resistentes.

Los filtros más modernos, orgánicos o químicos, son compuestos que absorben la radiación ultravioleta y la convierten en radiación térmica inocua. Su principal ventaja es que estos filtros son más cosméticos, se necesita menos cantidad para que sean efectivos, se extienden mejor y no dejan rastro blanco.

¿Funcionan peor los protectores solares en aerosol?

En los protectores solares en formato aerosol, que son como una laca, es más difícil controlar la cantidad que te aplicas. Son igual de efectivos pero hay que ser mucho más cuidadosos. Lo que se suele aconsejar, es que este tipo de productos que son muy volátiles, se usen solo para reaplicaciones. Primero se debería usar una crema o loción antes de ir a la playa o salir a la calle y, para reforzar, utilizar esa bruma.

¿Cómo elegir una crema de niños?

«Lo que no podemos hacer es exigir a los consumidores que sean químicos y capaces de descifrar la lista de ingredientes de un cosmético. Hay que elegir un producto indicado para niños. Las cremas para niños son todas de SPF 50+, la máxima protección que existe. A partir de ahí, es la que más guste, por la textura, el olor, la comodidad...», resume Deborah Bello. 

Consejos para protegerse del sol correctamente

Aplicarse la protección solar antes de la exposición directa al sol. Mínimo 15 minutos antes. Reaplicar el producto, como mínimo, cada dos horas. Después del baño, de jugar con la arena, si se suda mucho... Hay que reducir ese intervalo. Con respecto al factor,  hay que ser muy conservadores. Niños y personas con la piel clara, pelo rubio, con pecas... siempre SPF 50+. Aquellos que siguen sin ser morenos de piel pero no se queman con tanta facilidad pueden usar SPF 50 y, el resto de personas, nunca menos de SPF 30. La protección solar no es solo para los días de playa. Lo ideal es utilizar cremas con protección solar todos los días. Y otra cosa muy importante, nunca utilizar los productos de protección solar de un año para otro.