El torero Gonzalo Caballero pasa la noche con «muchos dolores» pero sin fiebre

Redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Fernando Alvarado | EFE

Conocido por su amistad con Victoria Federica, sufrió el martes una cornada de 25 centímetros que le provocó grandes destrozos musculares en la pierna

22 may 2019 . Actualizado a las 13:51 h.

El torero Gonzalo Caballero, herido de gravedad en la corrida de ayer en Las Ventas, ha pasado la noche «muy molesto y con fuerte dolores» en la pierna herida, pero «sin fiebre», síntoma de que, de momento, no hay infección y que todo marcha «según lo previsto» en este tipo de percances. Así lo ha confirmado a Efe el doctor Máximo García Padrós, cirujano jefe de la plaza de toros de Las Ventas, encargado de intervenirlo junto a su hijo, Máximo García Leirado, en la enfermería de la plaza, y el que también va a llevar su seguimiento en la clínica de la Fraternidad, donde se encuentra ingresado el torero.

«Ha pasado la noche muy dolorido, casi sin dormir por los fuertes dolores que sufre en la pierna. Casi no puede mover el pie, pero los drenajes funcionan bien, no ha aparecido la fiebre y, aunque todavía es muy pronto, todo va marchando sin sobresaltos», manifiesta el galeno. Al torero se le relaciona desde hace meses con Victoria Federica, la hija menor de la infana Elena

Fernando Alvarado | EFE

Sobre la cornada, de 25 centímetros en la cara exterior del muslo izquierdo, Padrós confiesa que fue «de las gordas» por la cantidad de destrozos musculares que provoca, además de contusionar el nervio ciático. «Cuando le abrimos en la enfermería vimos que el nervio estaba separado totalmente del fémur y quedaba al aire como una cuerda de violín. Eso provocaba que no pudiera mover el pie. Además tenía el muslo machacado a nivel muscular: el tensor de la fascia lata, el vasto externo y los isquiotibiales. Una cornada fuerte, sin duda», asegura.

«Se quedó encima de la cara del toro y el pitón entró totalmente en el muslo. La propia inercia del toro y la de él mismo que topó de lleno con el asta es lo que ha provocado que la cornada sea así de grave. Ahora le he visto y, bueno, el pie empieza ya a moverlo y anímicamente lo único que le importaba era saber cómo había estado y si había cortado la oreja», añadía.

Sobre el tiempo de hospitalización y plazos de recuperación, Padrós prefiera ser todavía muy cauto: «Es muy pronto. No han pasado ni 24 horas. Vamos a esperar, al menos, dos o tres días más a ver cómo evoluciona. De momento todo va según lo previsto, pero hay que esperar», concluía el veterano doctor.