Los sistemas de reconocimiento facial se entrenan con imágenes privadas

l. m. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CHINA DAILY

Algunas apps de almacenamiento usan las fotos que guardan los usuarios para perfeccionar su tecnología y comercializarla después

11 may 2019 . Actualizado a las 13:22 h.

Cuando una aplicación es gratuita es porque el producto eres tú. Esta máxima, que esgrimen quienes intentan alertar de la creciente invasión de la privacidad que suponen las nuevas tecnologías, se hace realidad en las prácticas ahora conocidas por parte de una herramienta diseñada para almacenar fotos en la nube con el fin de poder organizarlas y liberar memoria del teléfono móvil. La app Ever, que cuenta con una versión gratuita y otra de pago con utilidades avanzadas, usó los millones de imágenes que los usuarios guardaban en su sistema para entrenar a su tecnología de reconocimiento facial sin pedir permiso a los usuarios.

«Ever es una compañía dedicada a ayudarte a capturar y redescubrir los recuerdos de tu vida», destaca el eslogan que muestra en su página web esta compañía, que cuenta con millones de descargas en las principales tiendas de aplicaciones y con valoraciones muy positivas. Según revelan los medios norteamericanos, la app Ever ha utilizado las imágenes subidas por los usuarios para hacer con ellas su propio negocio de una manera que podría violar las leyes de privacidad.

Las fotos se usaron para adiestrar a sus propios programas de reconocimiento facial y después venderlos a compañías privadas y a organismos militares y judiciales, según revelan los servicios informativos de la NBC.

La cadena señala que el director general de Ever, Doug Aley, aseguró que no son las fotos o cualquier información que permita identificar a los usuarios lo que comparte con aquellos clientes que compran sus técnicas de reconocimiento facial, sino tan solo el conocimiento adquirido a partir de ellas. La cadena cita, sin embargo, a Jacob Snow, abogado de la Unión de Libertades Civiles del Norte de California, quien aseguró que esto «parece una enorme violación de la privacidad de la gente».

La aplicación Ever permite a los usuarios activar el sistema de reconocimiento facial como una ayuda para clasificar sus fotos en función de las personas que aparecen en ellas. Esto, al mismo tiempo, sirve de entrenamiento a los mecanismos que la empresa utiliza después en los productos que comercializa.

Sin conocimiento del usuario

Según afirma la NBC, Ever incluyó en la política de privacidad de la aplicación una pequeña referencia a que las fotos facilitadas serán utilizadas para estos fines, pero lo hizo solo después de tener conocimiento de las investigaciones periodísticas que estaban en marcha al respecto.

Ever asegura contar con 13.000 millones de imágenes que han sido subidas a su servicio por millones de usuarios de 95 países.

Recientemente la NBC desveló también que la base de datos que usa IBM para el desarrollo de su inteligencia artificial de reconocimiento facial contiene fotografías adquiridas de cuentas de plataformas como Flickr sin el consentimiento ni el conocimiento de sus usuarios en su proyecto de investigación Diversity in Faces, y de acceso limitado a académicos e investigadores.

El pasado enero, IBM lanzó una colección de casi un millón de imágenes que se obtuvieron en plataformas de almacenamiento fotográfico, que fueron codificadas y anotadas para poder identificar a los sujetos, como explicó uno de los investigadores de IBM, John R. Smith, en el blog de la compañía.

Hace unos meses, la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos pidió a Microsoft, Amazon y Google que se comprometan a no vender su tecnología de reconocimiento facial al Gobierno. En un comunicado, el grupo de 85 asociaciones y colectivos de activistas explicó a las grandes tecnológicas que proveer software de reconocimiento facial al Gobierno «amenaza la seguridad de miembros de la comunidad y también minará la confianza en el negocio».

«Estamos en una encrucijada con la vigilancia facial, y las decisiones que tomen estas compañías determinarán si la próxima generación deberá temer que el Gobierno la siga por ir a una protesta, a su lugar de rezo o simplemente por vivir su vida», señaló la directora de Tecnología y Libertades civiles, Nicole Ozer.