La petición de ayuda de la madre de un niño autista que no recibe respuesta

manu otero VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Oscar Vázquez

Daniel, con TEA, lleva dos años de número uno en la lista de espera para ingresar en un centro especializado

29 abr 2019 . Actualizado a las 20:22 h.

María del Carmen Lorenzo necesita ayuda. La precisa porque desde hace casi 18 años es madre de Daniel, que sufre un trastorno del espectro autista (TEA), porque compatibiliza su trabajo con el cuidado de un menor que requiere atención constante, porque en los últimos meses el comportamiento de Daniel ha empeorado y porque la Xunta le aprobó hace dos años el ingreso en una residencia especializada que todavía no se ha materializado dado que no hay plazas libres. «Llega un momento en el que ya no puedes más», confiesa María del Carmen abatida por el estrés de una situación familiar insostenible y por la falta de soluciones por parte de la Administración.

«Con el despertar de la adolescencia Dani empezó a estar imposible, a tener mucha fuerza. Fue ahí, en el 2016, cuando solicité el Programa Individual de Atención Residencial. Me lo aprobaron, pero no le concedieron plaza. En la lista de espera está de número uno, el problema es que si ya está de número uno desde hace un año es que no hay plazas suficientes», protesta la progenitora, quien ya se ha puesto en contacto por carta con el presidente de la Xunta, la valedora do pobo y la Consellería de Política Social sin, por el momento, encontrar más que buenas palabras por parte del director xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade.

«Dani no es agresivo, es su frustración, su falta de comunicación. Yo a veces no lo entiendo porque no es capaz de decir qué le está pasando. Él se muerde la mano, sabe que no lo debe hacer, pero a veces dejo que lo haga porque que yo le recuerde que lo está haciendo mal aumenta su frustración. Pero luego empezó a arañarme y a darme a mí y a su hermana, que tiene doce años más que él y regresó a casa tras acabar sus estudios; fue ahí cuando empezaron los problemas de agresiones», relata Lorenzo explicando las dificultades de convivencia en su hogar. De hecho, el pasado 11 de marzo, Daniel sufrió una crisis muy fuerte que acabó con ambos en el Hospital Álvaro Cunqueiro.

«Él es un niño muy cariñoso», matiza su madre, y normalmente muchos de esos brotes se quedan en nada. «Me encierro en una habitación y le digo: ‘“Dani, estás nervioso, eres un niño bueno, no quieres hacerme daño. Por favor, vete a tu habitación”. Muchas veces se va y logra tranquilizarse», cuenta Lorenzo.

Cuidador

Las complicaciones para controlar el temperamento de Daniel no son el único problema que tendrá que afrontar María del Carmen en los próximos días. Desde hace años, contaba con un importante apoyo que está a punto de perder. «Tenía a un cuidador que llevaba muchos años con Dani. Se llevan pocos años y era casi como un colega para él. Además es un chico alto y con fuerza, lo puede controlar bastante bien», comenta la madre. Sin embargo, Alejandro -así se llama el cuidador- encontró recientemente un trabajo mejor y, aunque por ahora sigue acompañando a Daniel por las mañanas, a partir del verano tendrá que abandonar a la familia de forma definitiva. «No sé que va a pasar cuando Alejandro se vaya porque yo tengo que seguir trabajando y nunca fui capaz de encontrar a nadie que se ocupara de Daniel como a mí me parece», sostiene Lorenzo con preocupación.

Dadas las circunstancias, maría del Carmen está convencida que lo mejor para el futuro de su hijo es el ingreso en un centro especializado. Pero no en uno cualquiera, ni en cualquier sitio. La preferencia de la familia es el Castro Navas de Nigrán, para el que ocupa el puesto número uno en la lista de espera. También está en la misma posición en la Residencia O Salgueiro de Vigo. Ambas opciones satisfacen a la madre, pero lleva ya dos años aguardando por una vacante que no se da generado y el panorama es cada vez más angustiante. «Me dicen que pida por emergencia social, pero si lo hago me lo pueden mandar a cualquier centro de Galicia, y yo no quiero estar cambiando a Daniel de un lado para otro porque no es una marioneta y para un chico con TEA eso es un horror. Además, tampoco quiero que pierda el vínculo familiar. Es mi hijo y quiero que esté en casa los fines de semana», argumenta Lorenzo, temerosa de que no encuentren una solución a su situación.

Uno de los principales problemas que padece Daniel es su dificultad para centrar su atención. Lleva desde los tres años acudiendo varias veces a la semana a citas con psicólogos, psiquiatras y terapeutas. También acude regularmente a respiros y campamentos especiales para personas con este tipo de trastornos. Sin embargo, los avances son escasos. Aun así, su madre está convencida que dentro de la cabeza de Daniel «hay un genio y un bebé». De niño era el mejor de su clase haciendo puzles, «era más rápido que el resto de niños colocando piezas». Del ingreso en un centro especializado depende no solo el bienestar de la familia, sino también la felicidad de Daniel y la potenciación de esas habilidades prodigiosas que esconde su cerebro.

La Xunta se compromete a encontrar una solución a la situación de Daniel 

En la Consellería de Política Social están al tanto de la situación que atraviesa Daniel y su familia y aseguran que «estamos a traballar para solucionala». Confirman que existe una solicitud de ingreso en los centros especializados de Nigrán y Vigo, pero por la ausencia de plazas todavía no se ha materializado. «Neste momento non existe vacante en ningún destes dous centros», argumentan. Aun así, añaden que «os equipos técnicos de valoración e orientación da discapacidade asignaron unha prestación residencial en xuño do 2017 e, segundo consta no expediente, tivo acceso a libranzas para coidados na contorna familiar». El propio director del departamento de Maiores e Persoas con Discapacidade se reunió con María del Carmen Lorenzo para conocer de primera mano la situación de la familia y comprometerse a dar con una solución.