Las vocales de los partidos políticos

SOCIEDAD

un reciente estudio señala que la mayoría de las personas asociamos cada una de las letras vocales a la misma gama de colores

16 abr 2019 . Actualizado a las 17:03 h.

Las vocales genuinas, no las de cargo, que conste. Porque la cuestión es: ¿De qué color percibes la letra «a»?, ¿qué color asocias a la «e»? ¿y para la «i», «o» y «u»? Puede parecer una pregunta extraña, por no decir absurda, pero resulta que un reciente estudio señala que la mayoría de las personas -independientemente de cuál sea nuestra lengua materna y de si somos o no sinestésicos- asociamos cada una de las letras vocales -en realidad, los fonemas- a la misma gama de colores. Como si existiese una especie de colorista esquema o vinculación en el subconsciente colectivo.

Más en concreto, mucha gente asocia la «a» a la gama de los naranjas y rojos. La «e» se percibe mayoritariamente en la gama de los verdes. La «i» entre el verde y el amarillo. En tanto que la «o» y la «u» se vinculan a una coloración más oscura en la región de los azules y malvas. En realidad, lo anterior no deja de ser una curiosidad o algo meramente anecdótico. Pero que a mi me ha dado por trasladar al escenario político y analizar cómo encajan esas relaciones con los colores escogidos por los cinco principales partidos políticos que concurren a las elecciones del 28-A.

Veamos, Ciudadanos tiene una fuerte sonoridad de «a». Y Unidas Podemos, por mucho que hayan cambiado de género, sigue sonando a «u» y «o». Y sus colores identificativos, naranja y morado, encajan con el imaginario colectivo. Por su parte, el PP, a pesar de carecer de vocales, no puede negar su sonora condición de «e». Vox es una «o» se mire por donde se mire; y el PSOE se pronuncia entre la «o» y la «e». Y sin embargo, los tres partidos ostentan colores corporativos que discrepan de su sonoridad, al apostar por el azul, el verde y el rojo respectivamente. ¿Es posible que esta circunstancia explique, al menos en parte, el desencanto y las dudas de gran parte de los electores a la hora de darles su voto?, ¿será porque están en desacuerdo con la mayoría y en consecuencia suenan poco creíbles? De haber algo cierto en esta hipótesis, la cosa pinta un poco mejor para los partidos de Iglesias y Rivera. 

Pero… ¿Y si en lugar de las siglas del partido nos fijamos en la sonoridad de sus líderes? Dejaré este ejercicio al lector interesado.