La eterna ruina de Bibiana Fernández

C. Aldegunde REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Chance

«Tendré 120 años y seguiré pagando» ha renocido al ser preguntada por sus problemas con Hacienda

10 abr 2019 . Actualizado a las 14:26 h.

Bibiana Fernández sigue inmersa en una grave bancarrota, derivada de sus problemas con Agencia Tributaria, que arrastra ya desde hace varios años. Siempre muy sincera al hablar de su vida privada, Bibiana Fernández hablaba claro sobre sus deudas. «Mi situación actual sigue siendo que tengo un pequeño pico que voy pagando porque me van embargando todo el tiempo, no es que yo quiera pagar, es que me lo quitan directamente con lo cual es una cosa que no se termina nunca», declaraba a Chance. Y hasta bromeaba con ello: «Llegaré a los 120 años y de no estar muerta, seguiré pagando. Eso de que España somos todos, es mentira, soy yo sola, yo y dos o tres más». 

Y explicaba que al final, debido a los recargos y las demoras en hacer frente a sus problemas con Hacienda, ha pagado más de intereses que de deuda. «Cada cual solventa sus problemas como puede, cuando llegas a una situación así, más allá de los errores que se hayan podido comentar, hay un problema y son los intereses que sobra el Estado. Yo he pagado más de intereses que de deuda, ya no sé cuánto llevo pagado», aseveraba. 

Eso sí, Bibiana Fernández, como siempre, encara la vida con optimismo y no pierde el buen humor. «En la vida no queda más remedio que tirar del sentido del humor, son cuatro días y el sentido del humor a veces no te acompaña. Incluso cuando no te acompaña, tienes que seguir tirando», añadía. 

Alaska y Mario Vaquerizo salvan de la ruina a Bibiana Fernández

 

Bibiana Fernández intentó en el año 2017 solucionar parte de sus problemas con Hacienda poniendo a la venta su casa en Boadilla del Monte. Tras más de un año en varios portales inmobiliarios e incluso bajándole el precio, fueron sus amigos Alaska y Mario Vaquerizo los que le echaron un buen cable adquiriendo la vivienda. Pese a que estuvo más de un año en venta, el hogar de Bibiana Fernández que visitó Bertín Osborne (y del que de paso hicieron publicidad) no tuvo comprador hasta que Alaska y Mario Vaquerizo decidieron hacerse con él. Según Vanitatis Bibiana Fernández solo había rebajado el precio de su casa en 1.000 euros, una cantidad un tanto irrisoria dado el montante que pedía por ella (550.000 euros). El antiguoi hogar de Bibiana Fernández está situado en la urbanización Bonanza, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. La casa tiene casi 350 metros cuadrados y la parcela es casi de dos hectáreas. Cuenta con cinco habitaciones, uno de ellos en suite con vestidor, baño hidromasaje y jacuzzi. En la parte de abajo posee un espacio abierto que acoge la cocina, el salón y el comedor, con chimenea. Y en exterior tiene una zona arbolada y una piscina.

Finalmente, en el otoño del 2017 la propia Bibiana Fernández anunciaba a través de su Instagram la noticia. «Familia por terminar de un modo alegre, los que me seguís de continuo, recordaréis y día puse un cartel, Y cuando menos lo esperas todo sale bien, pues si entre otras muchas cosas, ellos se quedan con la casa, no puede estar en mejores manos, volveremos cienes y cienes de veces, el patrimonio emocional que al final es lo que más me importa, #davidelfinforever un olivo de mis compadres el abeto de Miguel nadie los cuidara como ellos», explicaba. 

Ellos se encargarán de cuidar la pared mural que le diseñó David Delfín y que para ella tenía un gran valor emocional.

En los últimos años Bibiana Fernández no ha hecho otra cosa que trabajar, y trabajar y trabajar... Ha hecho programas en varias varias cadenas simultáneamente, teatro, cine, actos promocionales... Bibiana Fernández sigue como colaboradora en El programa de Ana Rosa, ha participado en Fantastic Dúo, El gran reto musical y MasterChef Celebrity en TVE. Todo ello mientras interpretaba en el teatro El amor sigue en el aire, junto a Manuel Bandera, Mario Vaquerizo y Alaska. Pero el caso de Bibiana Fernández no es el único. Ya que últimamente otras famosas también han confesado sus problemas económicos como Chelo García Cortés, Merche o Esther Arroyo.