Ramona Maneiro: «¿Por qué tienen miedo a legalizar la eutanasia?»

Antón Parada RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

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La pobrense rompió su silencio y valoró el reciente caso de María José Carrasco

26 sep 2019 . Actualizado a las 10:37 h.

Abuela por quinta vez y entregada completamente a su familia. Y es que solo un caso que hubiese agitado de verdad a la sociedad española explica qué pudo arrancar a Ramona Maneiro de su vida cotidiana, en la que cada mañana colecciona un amanecer desde su ventana para alegrar el día a los suyos en las redes sociales. A pesar de que ha intentado por todos los medios desvincularse de la primera línea de la lucha por su regulación, 21 años más tarde ha tenido que volver a formular la gran pregunta: «¿Por qué tienen miedo a legalizar la eutanasia?».

La pobrense que le facilitó el cianuro potásico a Ramón Sampedro convocó ayer a los medios y rompió su silencio sobre el caso de María José Carrasco y de su esposo, Ángel Hernández, quien la ayudó a morir suministrándole una dosis de pentobarbital sódico para así poner fin a tres décadas de sufrimiento padeciendo una avanzada enfermedad de esclerosis múltiple.

Calificó al marido de «valiente» y señaló una «envidia sana» en la diferencia de que «Ángel pudo despedirse de su mujer de cara al público, a la cámara, agarrado de su mano. Fue muy bonito, me dio un vuelco al corazón». No obstante, también destacó que no le gustó ver la imagen del hombre esposado, algo por lo que ella no tuvo que pasar.

No fue la única similitud -entre lo acontecido la semana pasada en Madrid y aquel 12 de enero de 1998 en Boiro- por la que le inquirieron ante más de una decena de micrófonos. «Siempre he hecho lo que me ha dictado mi corazón», sentenció Maneiro, para desvelar que sí hubiera cambiado el método empleado -el cianuro-, que describió como una «chapuza».

Pasado y presente

«Ya han pasado 21 años y no nos hemos movido una mierda». Esta fue su contundente respuesta a la pregunta de si consideraba que la noticia que ha puesto de plena actualidad el debate sobre la eutanasia había acercado la posibilidad de su legalización o regulación, una contestación a la que le cosió un «ojalá, porque estas cosas no deberían de suceder así».

Ramona Maneiro volvió a ser crítica con la inacción política ante la tramitación de una ley de eutanasia en el Congreso y señaló la oposición a esta que se ejerce desde algunos sectores, como el de la Iglesia católica, a cuyos representantes les lanzó esta reflexión: «Yo pido la eutanasia para mí, el que quiera sufrir que sufra».

En este sentido, aquella que fue un pilar fundamental del tetrapléjico sonense, indicó que nunca entraría en política -dejó entrever que se lo habían solicitado en el pasado- y aprovechó para desmentir a lo que se refirió como el «mito Ramona», la serie de antiguas acusaciones relativas a que habría cobrado grandes cantidades de dinero por relatar su historia en determinados medios de comunicación.

Luego, con su habitual sonrisa monumental, la promesa de más amaneceres desde A Pobra y la renovada petición de la inmediata legalización de la eutanasia, Ramona Maneiro se despidió de los flashes arropada por sus allegados.

La mujer que ayudó a Ramón Sampedro a morir criticó que no haya avances después de 21 años

Abascal: «En el norte de Europa los ancianos salen corriendo del hospital por miedo»

El presidente de Vox, Santiago Abascal, cree que regular la eutanasia pueda abrir la puerta a situaciones «peligrosas» en las que los ancianos queden «al albur de sus familias» en determinadas situaciones, llegando a casos similares a los de países en el norte de Europa, donde «casi salen corriendo de los hospitales porque tienen miedo de que acaben con ellos a partir de cierta edad». En realidad, en ningún país nórdico, como Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca, está aprobada la eutanasia, que sí es legal en Bélgica, Holanda y Luxemburgo. En el resto del mundo solo está permitida en Colombia y Canadá. Abascal dejó claro ayer en una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press, que Vox no está a favor de «acabar con la vida de ningún ser humano» y aprovechó para mostrar su solidaridad con aquellos enfermos terminales que «quieren salir adelante», pero están recibiendo mensajes «de desesperanza y muerte».

El líder de Vox cree que el Estado debe proteger «al más débil», como los ancianos o los niños que aún están en el vientre materno, y legislaciones como la de la eutanasia «son muy peligrosas» porque puedan dar lugar a situaciones finales «no queridas por el enfermo». «Hemos visto -dijo- en otros países del norte de Europa que los ancianos casi salen corriendo de los hospitales porque tienen miedo de que acaben con ellos a partir de cierta edad». Pero ni la eutanasia está aprobada en los países nórdicos y no hay constancia de que los pacientes de en Bélgica y Holanda salgan corriendo de los hospitales.