La exmujer de Jeff Bezos se queda con el 4 % de Amazon: 31.837 millones de euros

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Danny Moloshok | REUTERS

La empresaria, que fue cofundadora del gigante del comercio electrónico, se convierte en la divorciada más rica del mundo; pero ha tomado la decisión de ceder los derechos de voto de sus acciones a su expareja

04 abr 2019 . Actualizado a las 23:23 h.

Es el divorcio del siglo. MacKenzie Bezos ha cerrado un acuerdo con su todavía esposo, Jeff Bezos, y se quedará con el 25 % de las acciones que el matrimonio tenía en el gigante de comercio electrónico Amazon. Según un comunicado en su perfil de la red social Twitter, la empresaria ha asegurado que ha «finalizado» el proceso de disolución del matrimonio. En virtud del acuerdo al que han llegado ambas partes, MacKenzie ha decidido ceder a Jeff el total de sus intereses en el Washington Post y en Blue Origin. Dado que Jeff Bezos cuenta con 78,81 millones de acciones de Amazon, equivalentes al 16 % de la compañía, MacKenzie pasará a ostentar ahora 19,7 millones de acciones, equivalentes al 4 % de la empresa. Según la cotización de los títulos de este jueves, la nueva participación de MacKenzie Bezos equivale a 35.716 millones de dólares (31.837 millones de euros).

La pareja anunció en enero que se divorciaba tras 25 años de matrimonio. «Tras un largo periodo de exploración del amor y separación de prueba, hemos decidido divorciarnos y continuar nuestras vidas compartidas como amigos», afirmó la pareja en una nota publicada en la cuenta de Twitter del empresario. Bezos, de 54 años, y MacKenzie, de 48, se casaron en 1993 en Nueva York, poco antes de mudarse a Seattle, en la costa del Pacífico, donde el empresario fundó Amazon. «Nos sentimos increíblemente afortunados de habernos encontrado y profundamente agradecidos de cada uno de los años que hemos estado casados. Si hubiésemos sabido que nos separaríamos después de 25 años, lo haríamos todo de nuevo», agregó la pareja, que tiene cuatro hijos.

Bezos es la persona más rica del mundo con una fortuna estimada de alrededor 137.000 millones de dólares (122.000 millones de euros). MacKenzie Bezos es autora de varias novelas y es la presidenta ejecutiva de la organización contra el abuso ByStander Revolution, lanzada junto a su esposo en el 2014. 

La cofundadora de Amazon, que aparcó su carrera como novelista para dedicarse a sus hijos y que su marido pudiera desarrollar la firma, ha asegurado que ha tomado la decisión de ceder los derechos de votos de sus acciones a su expareja «para apoyar sus continuas contribuciones» a la compañía. De acuerdo a las leyes del Estado de Washington, en caso de divorcio, las parejas tienen derecho a un reparto equitativo del patrimonio en común, incluyendo las ganancias generadas durante el matrimonio, aunque un acuerdo posterior a la boda prevalecería, como ha sido el caso.

Jeff Bezos, en calidad de presidente y consejero delegado de Amazon, ha informado a los accionistas de que, en virtud del acuerdo de divorcio, hasta el 4 % de las acciones de Amazon se transferirán a MacKenzie Bezos, por lo que su participación en la compañía se reducirá. Asimismo, si MacKenzie decide transferir sus acciones deberá hacer que la persona que las transfiera llegue al mismo acuerdo que ha llegado ella con su todavía marido. Esta cláusula seguirá en vigor hasta que Jeff Bezos muera o sea declarado incapaz, aunque no será de aplicación si las acciones se venden en Bolsa.

El acuerdo entre Bezos y su ex ha sido muy amistoso, dadas las circunstancias. Porque la relación que acabó con el matrimonio se convirtió en un asunto bastante escandaloso, que fue mucho más allá del ámbito privado. Todo el mundo pudo conocer las frases subidas de tono que el magnate le dedicaba a su nueva pareja. «Te quiero oler, te quiero respirar. Quiero mostrarte mi cuerpo, besarte los labios, te amo. Estoy enamorado de ti», el remitente de este mensaje es Jeff Bezos, y la destinataria, su por entonces amante secreta, Lauren Sánchez.  En tan solo 48 horas la vida privada de la persona más rica del mundo pasó a ser de dominio público e hizo tambalearse la imagen de «hombre de familia» que Bezos siempre quiso transmitir. 

Una publicación reveló todos los secretos de la relación entre el fundador de Amazon y la presentadora de televisión mientras ambos seguían casados. La revista National Enquirer  siguió durante cuatro meses a Bezos y Sánchez a lo largo de cinco estados cubriendo más de 64.300 kilómetros. La publicación dedicaba 11 páginas a dar todo tipo de detalles sobre sus encuentros privados, fotografías incluidas. 

La revista señaló que todo estalló cuando la mujer de Bezos, MacKenzie, vio algo raro en los registros de su avión privado. En muchos vuelos había una única pasajera: Lauren Sánchez. La imágenes que acompañaban al reportaje no dejan lugar a dudas, con la pareja besándose y paseando de la mano en diferentes y exóticos destinos. Uno de los detalles más escabrosos que se pueden leer en el National Enquierer narró cómo Bezos se encontró con su amante en la habitación del mismo hotel en la que, solo unas puertas más allá, estaba su familia.

Mensajes subidos de tono y selfies de contenido erótico coparon esas 11 páginas. «¿Tu sabes lo que quiero? Quiero emborracharme un poco contigo esta noche. No de caerme. Solo un poco borracho. Quiero hablar contigo y planear cosas contigo. Escucharte y reírnos... Básicamente ¡¡¡QUIERO ESTAR contigo!!! Luego quiero quedarme dormido contigo y levantarme mañana y leer el periódico contigo y tomar un café contigo», escribía bezos a Sánchez en unos mensajes que van subiendo de tono hasta llegar a esto: «Te echo de menos. Quiero besarte ahora mismo y penetrarte lenta y suavemente. Y tal vez por la mañana te despierte y no sea tan amable contigo».

La revista publicó también algunas de las fotografías que se intercambiaban en las que Bezos aparece semidesnudo delante de distintos espejos  y, asegura, que el hombre más rico del mundo también le enviaba a su amante fotos de sus genitales que la publicación no adjunta «por ser demasiado gráfica». 

Lauren Sánchez era pareja de Patrick Whitesell, uno de los hombres más poderosos de Hollywood, con quien tiene dos hijos. Al parecer, ambos matrimonios compartieron distintos momentos en los últimos años, ya que las dos parejas tiene casas en la ciudad de Seattle. La relación de los cuatro llegó a ser tan estrecha que hasta celebraron alguna Navidad juntos. 

Pero si a esta historia le faltaba aún algún elemento novelesco... lo hay. La política y las conspiraciones también han entrado en juego. Que esta millonaria investigación haya sido llevada a cabo por el National Enquirer puede no ser una casualidad. La revista es afín a Trump y Trump un reconocido enemigo de Bezos que, además, es dueño de The Washington Post.  

Arabia Saudí, en el caso

 Por si algo faltaba en este folletín, llegó la supuesta implicación de una de las potencias de Oriente Medio en el asunto. «Es una telenovela, no tenemos nada que ver». Con este argumento tan gráfico, descartaba Arabia Saudí ya en febrero -en un entrevista de su ministro de Exteriores a la CBS- cualquier tipo de implicación en el chantaje a Jeff Bezos. El dueño de Amazon revelaba por entonces estar siendo víctima de una extorsión: al parecer, David Pecker, editor de la revista National Enquirer y amigo de Donald Trump, estaba chantajeándole con publicar mensajes y fotos íntimas con su amante, un material en cuya filtración, según dejó caer Bezos, estaría involucrado el país asiático.

Ahora, el equipo de seguridad del magnate confirma que los saudíes accedieron a su teléfono y obtuvieron de él información privada. La investigación, encargada a al veterano consultor Gavin de Becker, ha concluido que, efectivamente, Arabia Saudí pirateó el dispositivo del hombre más rico del mundo. Apunta concretamente a la corona, aliada del presidente estadounidense quien, curiosamente, libra contra The Washington Post, propiedad de Bezos, una encarnizada batalla.