«Nos acercamos a un apagón farmacológico, llevamos siete años advirtiéndolo»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

La falta de medicamentos para el corazón y la salud mental preocupa en las boticas

26 abr 2019 . Actualizado a las 19:58 h.

«Mi madre ya tenía una farmacia y nunca recuerdo esto. Podía faltar algo, pero esta situación no la entiendo». La frase, de la boticaria de la farmacia Mera, en Santiago, resume el problema de desabastecimiento que desde hace tiempo sufren estos establecimientos, y en consecuencia los pacientes. Un fenómeno que lejos de menguar, aumenta poco a poco. En agosto, el centro de información de la Agencia Española del Medicamento (Aemps), reconocía problemas de suministro en más de 370 fármacos. En la última actualización, siete meses después, son 508, lo que supone un incremento de un 37 % en el desabastecimiento.

Entre ellos, los que más preocupan a los farmacéuticos son dos grupos, una serie de medicamentos que tienen relación con patologías del corazón, y los que afectan al tratamiento de enfermedades mentales. ¿Por qué? En el primero de los casos por su importancia, y en el segundo no solo por eso sino por los problemas que causa al usuario el tener que cambiar la medicación. Dentro del primero de los grupos estaría el Adiro, que se usa para evitar que se formen trombos en aquellos pacientes que han sufrido infartos cerebrales o de miocardio; Apocard, para las arritmias; Adalat, para la angina y la hipertensión arterial; e incluso los famosos sartanes, un grupo de antihipertensivos con muchos problemas de suministro. La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra, Alba Soutelo, tiene claro dónde están las mayores complicaciones «en los medicamentos para el sistema cardiovascular». Y añade la cafinitrina, empleado también en crisis de angina de pecho y como profilaxis en determinadas situaciones, que está en distribución controlada.

En el caso de los fármacos psiquiátricos una de las carencias más preocupantes es el Trankimazín Retard, porque no tiene alternativa con la misma formulación. Pero no es el único, ya que hay carencias en otras presentaciones y posologías del mismo producto o en el Tranxilium.

A las boticas llega cada día un albarán con las peticiones que hicieron los farmacéuticos a las distribuidoras y el listado de los que tienen problemas. La lista del martes, en una botica compostelana, recoge fármacos para la disfunción eréctil (Levitra), la hipertensión (Amlodipino o Ixia plus), la náusea (Primperan), quemaduras (Silvederma), enfermedades inmunitarias (Imurel); o los ya mencionados para patologías del corazón o fármacos psiquiátricos.

La presidenta del colegio de Pontevedra pone el foco en otros medicamentos que, sin ser numerosos, tienen un impacto importante, como son los agentes neoplásicos (BCG intravesical, fludarabina o daunoblastina). En estos casos hay que importarlos como medicamentos extranjeros.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Vicente Álvarez, es tajante, «estamos muy preocupados por la falta de determinados medicamentos. A pesar de que vamos solucionando con sustituciones conformes a la norma, lo que realmente preocupa es la tendencia. Cada mes hay más faltas». Álvarez afirma que «nos acercamos a un apagón farmacológico como no se tomen medidas de verdad y se deje de mirar para otro lado». El presidente de los farmacéuticos ourensanos radica el problema en el sistema de precios vigente desde el 2012, y recuerda que «llevamos siete años advirtiéndolo». Pone un ejemplo. En el pedido de un solo día hay 52 faltas. De cinco hojas de pedido, más de dos son de fármacos con problemas.

Las medidas contra el desabastecimiento de fármacos: prohibición de exportar o permisos excepcionales

Sanidad autorizó 72 comercializaciones extraordinarias y frenó la salida de 42 productos durante seis meses

 

El desabastecimiento de fármacos aumentó un 44 % en el 2018 en relación al 2017, al menos en lo que a notificaciones se refiere a la Aemps. Por ello el Ministerio de Sanidad ha tenido que poner en marcha en numerosas ocaciones medidas que palíen esta escasez. Solo en el segundo semestre se realizaron 211 actuaciones, un 35 % más que en los seis primeros meses del 2018, fundamentalmente comercializaciones excepcionales, importación del extranjero o freno a la exportación.

Las autorizaciones extraordinarias permiten usar un fármaco que está destinado a otro mercado -y por lo tanto etiquetado en otro idioma- o que tiene un período de caducidad inferior a seis meses. Sanidad recurrió 72 veces a esta medida en el último semestre del 2018. En otros 55 casos se hizo una distribución controlada de fármacos, para garantizar que las unidades disponibles lleguen de forma equitativa a quienes las precisan. El Ministerio también se vio obligado a frenar la exportación de 42 productos para cubrir las necesidades del mercado español. En una veintena de situaciones fue preciso recurrir al extranjero y autorizar la importación de un medicamento de fuera. Esta última opción se toma cuando el fármaco no tiene alternativa y es preciso prescribirlo a los pacientes.

 Cuatro expedientes

La AEMPS tomó otras medidas, como autorizar la fabricación excepcional a los titulares, para que puedan reetiquetar medicamentos, o bien abrir expedientes sancionadores. En todo el 2018 se iniciaron cuatro por problemas relacionados con esta falta de suministro.

Cuando un fármaco escasea es fundamental la colaboración de los laboratorios que tienen la autorización para comercializarlo en España. En ese sentido Sanidad ha encontrado una implicación destacable en tres de ellos: Tedec Meiji, Laboratorios Ern y Ges Genéricos. En cuanto a los titulares que notificaron más problemas, estos fueron Sanofi Aventis, Meda Pharma y Accord Healthcare.

 

En el caso de los fármacos psiquiátricos una de las carencias más preocupantes es el Trankimazín Retard, porque no tiene alternativa con la misma formulación. Pero no es el único, ya que hay carencias en otras presentaciones y posologías del mismo producto o en el Tranxilium.

A las boticas llega cada día un albarán con las peticiones que hicieron los farmacéuticos a las distribuidoras y el listado de los que tienen problemas. La lista del martes, en una botica compostelana, recoge fármacos para la disfunción eréctil (Levitra), la hipertensión (Amlodipino o Ixia plus), la náusea (Primperan), quemaduras (Silvederma), enfermedades inmunitarias (Imurel); o los ya mencionados para patologías del corazón o fármacos psiquiátricos.

La presidenta del colegio de Pontevedra pone el foco en otros medicamentos que, sin ser numerosos, tienen un impacto importante, como son los agentes neoplásicos (BCG intravesical, fludarabina o daunoblastina). En estos casos hay que importarlos como medicamentos extranjeros.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Vicente Álvarez, es tajante, «estamos muy preocupados por la falta de determinados medicamentos. A pesar de que vamos solucionando con sustituciones conformes a la norma, lo que realmente preocupa es la tendencia. Cada mes hay más faltas». Álvarez recuerda que, «nos acercamos a un apagón farmacológico como no se tomen medidas de verdad y se deje de mirar para otro lado». El presidente de los farmacéuticos ourensanos radica el problema en el sistema de precios vigente desde el 2012, y recuerda que «llevamos siete años advirtiéndolo». Pone un ejemplo. En el pedido de un solo día hay 52 faltas. De cinco hojas de pedido, más de dos son de fármacos con problemas.