Un juez de Brasil condena a los dos a pagar la pensión alimenticia y a incluirlos en el certificado de nacimiento ante la imposibilidad de distinguir cuál de los dos era el progenitor
04 abr 2019 . Actualizado a las 13:13 h.La bebé tendrá dos padres. Y no son pareja. Son hermanos. Es la decisión salomónica que ha adoptado un juez del estado brasileño de Goiás ante la negativa de los gemelos, absolutamente idénticos, de reconocer quién de los dos era el padre de la niña. Y los dos tendrán que hacerse cargo, cada uno por separado y en la misma cuantía, de la pensión de alimentos que reclamaba la madre.
La mujer había interpuesto una demanda judicial contra uno de los dos hermanos, al que identificó como Fernando. Pero este señaló que había sido su gemelo quien había mantenido una fugaz relación sexual con la chica, que acabó en embarazo. Pero Fabricio, su hermano, también achacó la culpa a su pariente. Y así sucesivamente en un círculo vicioso.
En realidad los dos gemelos monocigóticos utilizaban esta estrategia para mantener relaciones sexuales con mujeres, sin que ninguna pudiera certificar realmente quién de los dos podría ser el padre de un hipotético hijo. El juez de Goiás que llevó el caso ordenó una prueba de ADN para identificar al progenitor, pero al compartir los dos el mismo código genético no fue concluyente. Cualquier de los dos podría haber sido el padre. En consecuencia, el magistrado, Filipe Luiz Peruca, determinó que ambos debían ser incluidos en el certificado de nacimiento de la bebé, además de pagar una pensión alimenticia equivalente al 30 % del salario mínimo de Brasil. La pequeña recibirá, por tanto, una remuneración doble.
«Uno de ellos está actuando de mala fe para ocultar que es el padre. Tal vil comportamiento no puede ser tolerado por la ley. La justicia debe reprimir estos comportamientos deshonestos que socavan el derecho de reconocimiento de la paternidad, un derecho constitucional inalienable», advirtió el juez Peruca en un su salomónico fallo. La página web del Tribunal de Justicia de Goias explica que la madre había conocido al padre en una fiesta y que este se había identificado como Fernando, aunque en realidad no sabía con quien de los dos gemelos había mantenido relaciones sexuales. Pero interpuso la demanda de paternidad contra Fernando.
El tribunal explica en un comunicado que los dos gemelos, de 31 años, «se aprovechaban de su apariencia idéntica para ocultar sus infidelidades».
Esta estrategia, sin embargo, no les hubiera valido en Europa. No porque desde el 2013 existe un test genético ultrapreciso que permite diferenciar a dos hermanos monocigóticos, lo que constituía hasta el momento uno de los mayores retos de la ciencia forense. Así se recogió ese año en un trabajo publicado en la revista científica Forensic Sciencia International, que tiene como editor al genetista gallego Ángel Carracedo, que también estaba trabajando hasta ese momento en un método que permitiera distinguir a hermanos genéticamente idénticos. El reto fue resuelto por un equipo de investigadores alemanes y franceses, aunque una vez identificadas las variaciones genéticas que permiten realizar la distinción, Galicia, a través de la Fundación Pública Galega de Xenómica, también dispone de la tecnología necesaria para hacer la prueba.