El final del cambio de hora
El Parlamento Europeo ha puesto fecha para terminar con el cambio de hora estacional: 2021. Ni un año más ni uno menos. Con 410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones, el hemiciclo ha aprobado el informe de la eurodiputada sueca Marita Ulvskog, en el que se establece un calendario claro para preparar a los ciudadanos y a la industria ante el fin inminente del baile de manecillas. La Eurocámara quiere ahora que los países de la UE opten definitivamente por uno de los dos horarios de la forma más coordinada posible a nivel regional para evitar distorsiones en el mercado único. Para eso han extendido una prórroga lo suficientemente extensa para que la industria se adapte. Y es que sectores como la aviación necesitan años para poder adaptar sus franjas horarias.
El optimismo de la Comisión y el respaldo de la Eurocámara contrasta con el rechazo del Consejo. Las cancillerías europeas dan rodeos para retrasar al máximo el fin del cambio horario. Más de una docena de países están en contra o mantienen reservas. Suecia, Finlandia, Alemania y Croacia quieren apurar los trámites, pero Portugal, Irlanda, Holanda y en menor medida España y Francia prefieren dilatar el calendario. Hay capitales que han solicitado tiempo adicional para elaborar informes completos y consultas con sectores, expertos y ciudadanos. Un proceso que algunos usan para esconder la iniciativa de la Comisión bajo la alfombra a la espera de que el nuevo Ejecutivo comunitario que salga de las elecciones del 26 de mayo se olvide del expediente. Los ministros no abordarán el asunto hasta finales de junio. Las perturbaciones que puede acarrear el fin del cambio horario podrían superar los beneficios y provocar fragmentaciones dentro del mercado interior si los países no coordinan su elección.