Una bebida sin alcohol que «emborracha» y no deja resaca

M.V.

SOCIEDAD

Un equipo de investigadores británicos crea una sustancia que provoca efectos similares a los que producen los licores: euforia y desinhibición. Y, además, no daña el organismo

30 mar 2019 . Actualizado a las 00:18 h.

Se llama Alcosynth y según sus inventores, el profesor del Imperial College de Londres David Nutt y su equipo de investigadores, cuenta con todos los beneficios del alcohol y ninguna de sus desventajas. No hay truco: se trata de una bebida que no tiene alcohol, por lo que ahorra al que la consume las temidas e incómodas resacas (dolores de cabeza, náuseas, ansiedad, acidez de estómago, incluso tristeza), pero también problemas de salud mayores, que suelen manifestarse a largo plazo, como pancreatitis, cirrosis hepática, cáncer de hígado y estómago, diabetes o depresiones severas. Tampoco genera adicción y, sin embargo, sí euforia y deshinibición.

La fórmula sintética tiene una apariencia similar al vodka, su receta es secreta y ya cuenta con 90 tipos patentados diferentes. Nutt prepara el camino para convertirla en el gran sustituto del alcohol. Su plan es ambicioso: lleva mucho tiempo trabajando en este santo grial, desde 1983, cuando estudiando su doctorado descubrió un antídoto para los licores que resultó demasiado peligroso para poder utilizarse clínicamente: un químico que bloquea los receptores GABA, los neurotransmisores más numerosos del sistema nervioso, por lo que inhibe los efectos de la borrachera, pero que si se si toma estando sobrio puede causar convulsiones. 

Lo importante es que dio con la clave: la estimulación de ese aminoácido no proteico. Y que, tras años de investigación, ha avanzado en ello reduciendo los efectos adversos. Distintos fármacos empleados para dejar de fumar se basan en un efecto de bloqueo similar. ¿Por qué no hacerlo también con el alcohol?

En cinco años podría estar en el mercadoEl científico, que también es psiquiatra, explica a The Guardian que durante la mayor parte de su vida profesional ha tenido que tratar a personas para quienes el alcohol era un problema. De ahí nació su inquietud. Defiende que la industria es muy consciente de que el alcohol es una sustancia tóxica, que si se descubriese hoy en día su consumo sería ilegal. Que el límite seguro de alcohol sería una copa de vino al año. Hace diez años, fue cesado en sus funciones de asesoramiento sobre drogadicción al Gobierno británico por cuestionar los estándares morales con los que se juzgan las drogas y no el alcohol. Defendió públicamente que el alcohol era más dañino para la sociedad que la heroína o el crack. A día de hoy sigue manteniéndolo. 

Nutt confiensa que hay una traba mayor que la científica: la regulación. Al fin, el pasado mes de noviembre consiguió financiación, pero Alcosynth debe superar las pertinentes pruebas de seguridad. Sus creadores estiman que probablemente en cinco años estará legalizado.  

Reconocen que, por sí sola, sin mezclar con nada, esta bebida no sabe bien. Recomiendan, por tanto, consumirla como un cóctel -«Queda muy bien en los mojitos»-. Su objetivo no es convertirla en una marca alternativa a las bebidas alcohólicas, sino en vender a las empresas del sector alimenticio el ingrediente o el aditivo para que puedan elaborar y comercializar sus propios jugos. Sus compuestos no son tóxicos. Están seguros de que revolucionará la salud pública. Ahí está la carne cultivada en laboratorio. Y ahí los vapeadores, grandes suplentes del tabaco. El mundo está cambiando.