Las solicitudes para adoptar en Galicia caen a mínimos históricos

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

iMAGEN DE ARCHIVO DE UNA FAMILIA CON SUS NIÑOS ADOPTADOS EN LA PLAYA DE MERA EN EL 2008
iMAGEN DE ARCHIVO DE UNA FAMILIA CON SUS NIÑOS ADOPTADOS EN LA PLAYA DE MERA EN EL 2008 KOPA

El cierre de países y la espera de años provocan que el número de peticiones registradas en el 2018 sea el más bajo de los recogidos por la Xunta

26 mar 2019 . Actualizado a las 11:46 h.

Años de espera, cambios en los criterios de los países de destino, procesos bloqueados... la adopción es un camino largo, muy largo. Y todos estos condicionantes se reflejan en los últimos datos: cada vez es menor el número de familias gallegas que decide adoptar. La cifra se desploma hasta ser la más baja de las estadísticas que recoge la Consellería de Política Social, que se remontan al año 2000. Un ejemplo, en el 2004 un total de 888 familias iniciaron un proceso nacional o internacional. En el 2018 la cifra se redujo a 135, casi la mitad, 68, en la provincia de A Coruña.

El número de peticiones para formar una familia acogiendo a un pequeño desciende tanto en los casos nacionales como en los internacionales. De hecho es la cifra más baja del registro en ambos. Pero mientras que en los procesos iniciados en España la curva es más suave en esta caída, en los de otros países el descenso ha sido en picado. En el 2004 iniciaron una solicitud 683 familias y en el 2018 un total de 48. En el caso de las nacionales, la cifra más alta fue la del 2003, con 276 peticiones, y el pasado ejercicio fueron 87, tal y como acaba de publicar la Xunta.

El hecho de que caigan las peticiones tiene una razón evidente, cada vez se resuelven menos adopciones. En el 2018 hubo 47 preasignaciones de menores de otros países, frente a las 332 del 2006. Las nacionales llevan un ritmo más estable, pero también se producen muy pocas, 27 en el último ejercicio, frente a las 92, por ejemplo, del año 2002.

En el caso de las internacionales, en el 2018 solo llegaron pequeños de seis países: 21 de Hungría; 11 de Vietnam; dos de Bulgaria; ocho de China; cuatro de Colombia y uno de Filipinas.

En teoría, que caigan las adopciones es una mala noticia para las familias que quieren acogerse a este proceso, pero es un síntoma de que las condiciones socioeconómicas del país elegido han mejorado. Diferente es cuando es preciso cerrar un destino por conflicto, o porque no puede asegurarse un proceso con garantías. Etiopía, que durante años fue un estado al que muchas familias acudían para acoger a un pequeño -desde el 2000 llegaron 833 pequeños a Galicia, por encima de China, con 709- cerró en el 2017 la salida de niños en adopción internacional, asegurando que buscaría soluciones nacionales para los niños de los orfanatos.

Más de un decenio

Ahora mismo quien inicia un proceso de adopción en Galicia puede enfrentarse a más de diez años de espera, como pasa en China, mientras que en el 2005 la demora podía ser de 18 meses. Las nacionales no han experimentado cambios tan bruscos ni en las solicitudes ni en el tiempo, pero las familias que quieren ser padres se enfrentan a unos siete años de espera, salvo en el caso de los programas especiales, con varios grupos de hermanos o pequeños con algún tipo de discapacidad.