Un gallego en el experimento de la ecoaldea sueca de Suderbyn

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

El fotógrafo vigués Brais Palmás participará en un proyecto socioecológico de permacultura

26 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Brais Palmás caldeó en su día las redes sociales tras comentar que le sale más económico viajar que estar parado al arreglarse con solo un euro y medio al día. Ahora este trotamundos vigués fotógrafo profesional va camino de la isla sueca de Gotland, en pleno Báltico, donde se incorporará durante un año a un proyecto experimental, la ecoaldea de Suderbyn. Se trata de una especie de laboratorio ecosocial en el que se prueba cómo vivir de una forma alternativa con predominio del impacto positivo sobre el negativo.

Antes de partir tuvo que convencer a la Unión Europea para que la ayuda destinada al viaje incluyera su medio de transporte, la bicicleta. «A mí me interesa la ecología, no tendría sentido ir en otro medio; es en el que me suelo mover. Tenía que presentar tiques del viaje y en bici no podía ser. Al final, me dan el dinero, el máximo que puedo pedir son 375 euros», comenta. También tiene financiación la comida y el alojamiento en la ecoaldea, aunque no lo perciba de forma directa. Es su último año para poder participar en proyectos europeos destinados a jóvenes de entre 16 y 31 años. No tiene ni idea de cómo será el espacio en el que va a vivir. Lo que sí sabe es que hay construcciones hechas de materiales naturales, purificación de aguas residuales sin alcantarillado y energías renovables.

«Están haciendo digestores de biogás, un paso más allá del compostaje. Es un proceso con residuos orgánicos que genera gas y se puede utilizar para calentar los radiadores o generar electricidad. Pretenden ser autosuficientes con la alimentación, aunque en Suecia es complejo, y experimentan mucho. Por ejemplo, con variedades locales de tomates tradicionales que ya estaban antes de la industria agroalimentaria. Tienen en cuenta el tema de la agricultura y buen vivir, la llamada permacultura», apunta.

Antes de llegar a disfrutar de este laboratorio socioecológico Brais Palmás tendrá que pedalear durante dos meses y autoabastecerse durante el viaje por su cuenta. Para los escépticos que ponen en duda cómo se arregla con su limitado presupuesto explica cómo lo hace: «En el equipaje llevo cosas esenciales como un filtro de agua. No compro una botella de plástico en el supermercado y puedo coger agua del riego. Llevo también una hamaca, una tienda de campaña y el saco de dormir con una temperatura de confort de entre -10 o -15 grados, aunque, siempre que puedo, pongo la hamaca entre árbol y árbol y a ver las estrellas».

El camping gas generaba demasiados residuos y lo fue sustituyendo por otros artilugios. El último es una especie de cubo metálico diseñado por una empresa alemana para lograr una eficiencia energética muy elevada. «Funciona con apenas unos palos que genera una hoguera totalmente controlada». El equipaje se completa con un kit de paneles solares con los que carga la cámara fotográfica, el GPS, las pilas de la linterna, el portátil y el móvil. «Ni siquiera hace falta que haya un sol espléndido para que se carguen, un cielo con nubes permite la carga», indica. Para casos extremos lleva una batería.

Tampoco la comida supone un problema. «Las alforjas van llenas de alimentos deshidratados: zanahorias, pimientos, manzanas... Igual 5 kilos de cebollas van en una bolsa de 500 gramos. Durante muchos años estudié plantas silvestres y setas y las recolecto», apunta.

Palmás calcula que llegará a Gotland a finales de abril o mayo. La primera parte del viaje la hará con su habitual compañera. En la mitad, él se dirigirá hacia Suecia y ella a Eslovenia, donde participará en otro proyecto durante ocho meses.