Un equipo de la Universidad de Cambridge demuestra por primera vez que estos organoides pueden dirigir el movimiento muscular
21 mar 2019 . Actualizado a las 08:03 h.Un cerebro humano es la estructura más compleja del universo. Pero esto no significa que no pueda reproducirse en un laboratorio. O al menos una pequeña parte. Son los llamados organismos neuronales o minicebros, creados a partir de células madre. El primero se gestó en el 2013 y, desde entonces, se desarrollaron otros con el objeto de utilizarlos como modelo para comprender su desarrollo, sus funciones y las enfermedades que lo afectan, ya que se asemeja a un órgano embrionario humano. Pero las restricciones en su crecimiento han limitado esta aspiración, ya que no forman vasos sanguíneos a través de los que se suministran nutrientes y oxígeno.
Es una restricción que ahora ha superado en parte un equipo del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Cambridge, que ha desarrollado un método para hacer crecer una rodaja de organoide cerebral en una membrana porosa que les permitía capturar el aire y absorber los nutrientes, lo que también ha podido demostrar por primera vez, en un trabajo publicado en Nature Neuroscience, que este tipo de minicerebros también pueden dirigir el movimiento muscular.
La mancha gris creada, de unos dos millones de neuronas organizadas, similar al cerebro fetal humano de 12 a 13 semanas, se consiguió conectar a un pedazo de médula espinal y a un tejido muscular de ratón. «Nos gusta pensar que son minicerebros en movimientos», explicó la investigadora Madeline Lancaster a The Guardian.
«Las imágenes en vivo del tejido muscular del ratón también revelaron contracciones musculares concertadas esporádicas, con una periodicidad irregular», añadió. Hoy en día, la mayoría de los organoides cerebrales se crean a partir de células madre humanas.