Aunque son datos estimados a partir de los datos hospitalarios, cada año en España se registran unos 110.000 nuevos ictus, lo que en Galicia supone unos ocho mil anuales, con una incidencia en la población de 280 por cada 100.000 habitantes. El ictus siempre se ha asociado comúnmente a las mujeres, pero lo cierto es que en general no les afecta más a ellas. Sí es cierto que, como se relaciona con la edad y las mujeres tienen una mayor esperanza de vida, en números absolutos hay más ictus en población femenina. Entre los adultos la prevalencia es similar, y está muy relacionado con la hipertensión o el tabaquismo, fundamentalmente con la primera de las causas. «La hipertensión arterial está muy por encima de todos los demás factores», afirma Castillo. ¿Y qué porcentaje de pacientes tendrán secuelas de por vida tras sufrir un ictus? En general, en torno al 15 % fallecen durante el período de hospitalización, aunque esta cifra es superior en el caso del ictus hemorrágico que en el del isquémico.
Y de los que sobreviven, el 20 % no tienen ninguna secuela o son mínimas, por lo que están capacitados para seguir llevando una vida totalmente normal. Otro 20 % sufren secuelas muy graves, hasta el punto de que precisan la asistencia de alguien para actividades de la vida diaria; mientras que el resto se quedan con secuelas más o menos importantes, y pueden llevar una vida independiente, aunque con problemas como pueden ser dificultad con el lenguaje o para caminar.