«Nos falta relevo, tenemos científicos de treinta y muchos, pero no de 30»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

Antonio Ron Pedreira, nuevo delegado del CSIC en Galicia, pide a la Xunta un mayor esfuerzo

05 jul 2019 . Actualizado a las 12:25 h.

Han superado los peores años, pero las secuelas de la crisis se dejan ver en los centros de investigación. Entre ellos en los del CSIC, cinco en la comunidad gallega, cuyo nuevo delegado, Antonio de Ron Pedreira (Lugo, 1952), acaba de coger el relevo de Eduardo Pardo de Guevara.

-Hace unos meses la presidenta del CSIC decía que sin financiación es insostenible hacer ciencia, ¿es posible hacerla en Galicia?

-Como cualquier otro organismo de investigación, el CSIC tiene financiación pública que puede venir de la Comisión Europea, de agencias gubernamentales, gobiernos autonómicos y a veces de entes locales. Después están los fondos privados, a través de proyectos y contratos. Pasamos momentos muy difíciles, y en estos momentos la recuperación se nota en la oferta pública de empleo (OPE), porque si no captamos personal no tenemos futuro. Sí demandamos, y vamos a tratarlo estos días, un poco más de esfuerzo de la Xunta, porque entiendo que su prioridad es financiar a las universidades, pero no hay que olvidar que el CSIC de Galicia hace ciencia en la comunidad y por Galicia.

-¿Tienen prioridad los grupos universitarios en las convocatorias de la Xunta?

-No es que tengan prioridad, es que hay una serie de convocatorias a las que no podemos acceder. Y a las que podemos acceder como CSIC son muy reducidas y el escenario de competencia es muy estrecho. La financiación que conseguimos de la comunidad en mi opinión es baja, ya tenemos algo, porque en algún momento no había nada, pero hay que ir mejorando.

-¿Es la falta de recursos humanos el principal problema de los centros en Galicia ahora mismo?

-No digo que sea el principal, pero uno destacable desde luego que sí. Me preocupa el personal en formación, porque hay una limitación muy grande en cuanto a becas y contratos. Un ejemplo, en la Misión Biológica de Galicia, en mi grupo de investigación la única persona que está haciendo el doctorado es de Perú, y se irá. En otros hay de Irán, Argelia, China.. Estamos formando a personas de otros países que se irán, y esto es porque desde la crisis prácticamente no hay convocatorias suficientes de becas y contratos. Es un problema porque nos falta relevo, tenemos a gente de treinta y muchos, pero no tenemos de 30. Es cierto que hay una oferta de empleo pública generosa con plazas para científicos titulares, pero el científico titular en estos momentos ronda los 40. Nos falta el hueco de 40 hacia atrás.

-¿Que aportan las delegaciones gallegas?

-Tenemos cinco centros y otros mixtos, como el Cesga, o la base del buque oceanográfico. En una comunidad en la que uno de los sectores primarios más potentes es el pesquero y marisquero, el Instituto de Investigaciones Marinas es clave. Es el centro más grande y potente, y puntero en enfermedades de organismos acuáticos, inmunología, pesquerías... Los dos agrarios, que son los que mejor conozco, aportan dos cosas a la sociedad, la conservación de la biodiversidad de los cultivos, ya que si no fuera por entes como la Misión Biológica y otros se podrían haber perdido recursos de mucho valor, y después aportamos conocimiento añadido con variedades o nuevas semillas para agricultores o restauradores. Y los de humanidades han contribuido a reconocer y estudiar la historia de Galicia y su patrimonio.

-Es una ciencia muy aplicada.

-El CSIC está para hacer investigación científica, pero si alguien se acerca porque está interesado en un tipo de cultivo se hace, ya que tenemos un bagaje de años y muchos estudios y cultivos.

-Cuentan con muchos investigadores de fuera.

-Hay mucha demanda de realizar formación aquí, y vienen.

-¿Por qué atraen estos centros?

-No lo sé, pero lo cierto es que somos bastante atractivos y competitivos. Tener a gente de fuera es bueno porque da visibilidad, y quiere decir que somos competitivos, pero echamos en falta tener a nuestros propios posgraduados, que son los que se pueden quedar.