El 20 % de las jóvenes tiene posturas machistas

SOCIEDAD

Manifestación del 8M del 2018 en Ourense
Manifestación del 8M del 2018 en Ourense EUROPA PRESS

Un estudio sostiene que más de la mitad de los españoles entre 15 y 29 años se resiste a reconocer la desigualdad

05 mar 2019 . Actualizado a las 23:51 h.

Dos de cada diez chicas entre 15 y 29 años tienen posicionamientos machistas en su vida. Estos incluyen desde planteamientos estereotipados respecto al género a la negación de la desigualdad, pasando a creer, en los casos más extremos, que la violencia de género es provocada por parte de las propias mujeres. Es una de las conclusiones que se extraen del Informe Jóvenes y Género. La (in) consciencia de equidad de la población joven en España, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Banco Santander y Telefónica.

Partiendo de un análisis de 1.247 jóvenes de 15 a 29 años, el documento elaborado por Elena Rodríguez San Julián y Juan Carlos Ballesteros Guerra establece tres tipologías de jóvenes, en función de su actitud ante la desigualdad y los problemas de género. Más de la mitad, un 56 %, se sitúa en posiciones machistas, mientras que el restante 44 % se resiste a esas creencias.

El informe denomina como «conscientes y equitativas» a este segundo grupo. Lo conforman un 64,7 % de mujeres y un 35 % de hombres. Les distingue su oposición a las ideas tradicionales de la feminidad y masculinidad, así como las diferencias de roles en la familia y la pareja. Este tipo rechaza mucho más que el resto «la vinculación y la adhesión per se de las mujeres al hogar y a la crianza». También la necesidad de tener pareja para realizarse.

Otro rasgo es el distanciamiento radical de aspectos ligados a una visión sexista de las relaciones sexuales y de pareja. De este modo, rechazan que haya que aceptar mantener relaciones sexuales en la pareja aunque no apetezca; que los celos sean una prueba de amor; que haya que complacer a la pareja con la ropa que se usa; que haya que esforzarse para hacer lo que gusta a la pareja; o que los chicos tengan que proteger a sus chicas.

Respecto al 56 % de los jóvenes que adoptan posturas machistas, el informe establece dos grupos. El primero de ellos lo llaman «tradicionales y sexistas» y englobaría a un 39 % de la muestra total. La mayoría es masculina (un 61,9 % frente a un 14,8 %) y el documento lo considera «la cara opuesta al tipo 1». Entre sus posicionamientos se destacan ideas como que los homosexuales son más promiscuos, que se necesita una pareja para realizarse, que los celos son una prueba de amor o que la mayoría de las mujeres quieren crear un hogar y tener hijos.

A tenor del estudio, este es un tipo que acepta ideas como que los chicos deben proteger a las chicas; que chicos y chicas deben esforzarse para hacer lo que agrada a la pareja (incluido ponerse la ropa que le gusta). Además de ello, enfatiza poco la necesidad de adoptar medidas para minimizar las diferencias de géneros en el trabajo y el espacio público, aunque los autores señalan que «esta postura tampoco es definitoria de su posición como clúster».

Negacionismo

La oposición a esas medidas es uno de los rasgos principales del otro tipo enmarcado dentro de las posturas machistas, los «negacionistas conservadores». Suponen el 17 % de la muestra. De nuevo, la proporción hombre/mujer (64, 7 % frente al 35, 3%) se inclina hacia lo masculino. Aquí, tal y como subrayan los autores, lo que realmente les distingue como grupo «es su mayor oposición a medidas para favorecer la equidad y la igualdad de oportunidades». Rechazan que haya que sancionar a empresas que pagan menos a las mujeres por el mismo trabajo, que el permiso de paternidad deba estar equiparado al de maternidad o que se deba garantizar la presencia equilibrada de mujeres y hombres en cargos públicos. Rechazan la discriminación positiva.

En las relaciones se identifican con ideas de pareja muy opresivas y estrictas. Niegan la importancia de que las dos personas puedan tomar decisiones en la pareja y la necesidad de tener un espacio propio. Defienden que «el amor implica la renuncia a uno o una misma».