Todo lo que nos rodea está cubierto de bacterias: estos son sus límites

Uxía Rodríguez Diez
uxía rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

¿Cada cuánto cambiar las toallas? ¿cómo lavar los cepillos de dientes?¿qué precauciones hay que tener en el baño? Un microbiólogo responde

03 mar 2019 . Actualizado a las 14:06 h.

«Desde que abres los ojos cuando te levantas por la mañana, hasta que los cierras cuando te duermes por la noche, todo, todo, todo está cubierto de bacterias» recuerda Jose Ramos Vivas, ourensano e investigador de Microbiología en el Instituto Indival de Cantabria.

«No hay que alarmar a la población pero todo el mundo tiene que saber de lo que estamos rodeados. Eso sí, hay que extremar la precaución cuando en casa hay una persona enferma porque los virus se transmiten también a través de los objetos cotidianos», advierte este científico que ha realizado diversos experimentos prácticos para mostrar el universo bacteriológico que nos rodea.

El inodoro es «el lugar». Como explica Jose Ramos, «cada vez que vamos al baño depositamos una cantidad enorme de bacterias fecales. Cuando tiramos de la cisterna, si no cerramos la tapa, las bacterias salen despedidas y van a parar a cualquier parte. Si la cerramos, evitamos el problema. Las bacterias se van acumulando en el interior de esa tapa así que hay que desinfectarla a menudo».

La lejía es el desinfectante por excelencia, destruye directamente las bacterias, pero «cada vez detectamos que hay más bacterias resistentes a algunos desinfectantes. Por ejemplo, hay bacterias que se están volviendo resistentes al etanol. Pasa, sobre todo, en los lugares que más se usan esos productos como en los hospitales. Hace diez años una bacteria se eliminaba rápidamente con alcohol, hoy en día se necesita diez veces más de potencia para que algunas de estas bacterias como los enterococos sean destruidas» afirma el microbiólogo.

María Pedreda

También hay que tener cuidado con lo que no vemos. Por ejemplo, el fregadero es un entorno perfecto para el crecimiento de bacterias , sobre todo, en las tuberías. Ahí se van acumulando biofilms bacterianos (comunidades de bacterias muy compactas y adheridas a la superficie que son muy difíciles de eliminar). Lo que hay que hacer es, cada cinco o seis días, añadir un poco de lejía para ayudar a eliminar parte de esos microorganismos.

Las bacterias pueden aguantar meses en las superficies. A la hora de limpiar, sentido común.

Inodoro. Hay que bajar la tapa antes de tirar de la cisterna y desinfectarla cada 2 días. Las bacterias intestinales que hay dentro del retrete pueden saltar por el aire hasta metro y medio a su alrededor.

Cepillos de dientes. Hay que enjuagar el cepillo en agua caliente después de cada lavado y sacudirlo bien. No hay que olvidarse del vaso. La mayoría de esas bacterias pertenecen a la microbiota de nuestra boca así que no suponen un peligro. No hay que olvidarse del vaso. En los pelos de un cepillo de dientes siempre va a haber bacterias. Eso es inevitable.

Pomos y tiradores. Los grandes olvidados del hogar, ¿cuántas veces nos acordamos de limpiarlos? Muy pocas. Hay que tener mucho cuidado porque «participan» en la transmisión de virus como la gripe. 

Estropajos y trapos de cocina. Hay que renovar los estropajos a menudo y lavar las bayetas y trapos de cocina cada tres o cuatro días en la lavadora con el detergente habitual. 

Tablas de cortar. Los restos de comida contienen nutrientes que favorecen la proliferación de las bacterias. La madera acumula más microorganismos que el plástico. Lo mejor es lavar la tabla en cuanto acabamos de cortar los alimentos. Se recomienda no manipular nunca sobre la misma superficie alimentos crudos como carnes o pescados con alimentos que se consumen sin cocinar como ensaladas o frutas

Pantalla teléfono móvil. Puede tener 30 veces más bacterias que una taza de inodoro limpia. Es recomendable pasar un algodón con alcohol una vez a la semana. 

Toallas de baño. Lo normal es usarlas con el cuerpo limpio. Con lavarlas una vez a la semana debería llegar. Es importante, eso sí, no compartirlas. Cada uno con su toalla.