Un gigante atmosférico protege a Galicia

SOCIEDAD

Ángel Manso

Hoy entran en juego los vientos del sur que se encargarán del ascenso térmico, tanto de máximas como mínimas

21 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los anticiclones y las borrascas, como los seres humanos, también necesitan alimentarse. Las bajas presiones se nutren de aire frío mientras que el principal sustento de las altas es el aire caliente. Esto explica por qué las borrascas asoman en otoño e invierno, cuando la radiación solar disminuye, y el anticiclón en primavera y verano, momento en el que la energía del astro aumenta en el hemisferio norte. Pero la atmósfera no siempre sigue el guion establecido. Si así lo desea, en pleno invierno, puede formar potentes anticiclones, justo como está ocurriendo ahora mismo. Sobre el continente europeo se ha asentando un gigante atmosférico con una presión que no deja de crecer y que llegará hasta los 1.045 milibares. Se trata de una cifra muy inusual si se tiene en cuenta que el límite entre altas y bajas presiones se fija en 1.013 milibares. ¿Y de dónde sale el aire cálido que le permite crecer tanto de tamaño si estamos en pleno invierno? La respuesta, una vez más, es del jet stream. La corriente en chorro presenta grandes ondulaciones. La parte ascendente abarca toda Europa, canalizado aire cálido desde latitudes subtropicales hasta las regiones medias. Esto provocará que las altas temperaturas no solo se concentren en el sur del continente sino incluso en los países escandinavos. De cara al fin de semana podrían darse algunos récords de temperatura en Noruega, Dinamarca y en el norte del Reino Unido. La anomalía positiva sobre los valores medios en el mes de febrero alcanzará los quince grados.

Al enorme anticiclón le acompaña otro fenómeno que no quiere ser menos. Julia, el ciclón bomba que ocupa casi todo el Atlántico norte, continúa profundizándose. Su presión mínima central se mantiene alrededor de los 940 milibares. La borrasca también se fortalece por la configuración actual del jet stream. La corriente desciende en el océano y desplaza aire de origen polar que la alimenta. En tierra apenas se perciben sus efectos. Pero en la costa, el oleaje que genera ha obligado a activar una aviso de color amarillo por olas que van a superar los cuatro metros de altura.

Máximas de 20 grados

Ayer las temperaturas no subieron demasiado. En parte, por la presencia de nubes bajas durante la primera mitad de la jornada que frenaron el ascenso térmico. Además, las mínimas fueron bastante bajas, con valores negativos en el interior. Hoy ya entran en escena los vientos del sur asociados a Julia, quienes se encargarán de traer el aire cálido hasta Galicia. La previsión apunta que las máximas en el Pontevedra y Ourense podrían superar los 19 grados. También suben las mínimas. Así que las noches ya no serán tan gélidas, sobre todo en las provincias atlánticas. Mañana se espera un nuevo incremento por ambos extremos. Y el fin de semana está previsto que el termómetro registre los valores más elevados, alcanzando o superando los 20 grados de forma generalizada.