Vivir con vértigo y un pitido diario en el oído

tania taboada LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

TANIA TABOADA

El 7 de febrero es el día mundial de la enfermedad de Ménière, una dolencia que afecta a uno de cada 10.000 españoles

07 feb 2019 . Actualizado a las 17:13 h.

El 7 de febrero se celebra el día mundial de la enfermedad del Ménière. Una dolencia desencadenada tras la acumulación de líquido en el oído interno (ubicado en el interior del cráneo) y producirse vértigo (dos o más episodios espontáneos con una duración de entre 20 minutos y doce horas), pérdida de audición y acúfenos. Se trata de una enfermedad poco conocida, que afecta a uno de cada diez mil españoles y su diagnóstico exacto no es fácil. El otorrinolaringólogo del HULA, Marcos Rossi (Lugo, 1977) cuantifica en más de cien los lucenses afectados por esta enfermedad. «El paciente llega a la consulta y dice que tiene vértigos, que todo le da vueltas, que tiene náuseas, vómitos, que le empieza a pitar el oído y que deja de escuchar. Cuando se juntan los síntomas de vértigo y pérdida de audición la primera sospecha es que estamos ante la enfermedad del Meniérè, que se confirma cuando haces una audiometría y confirmas que tiene pérdidas de audición en frecuencias graves o medias», explica el doctor Rossi.

Se trata de una patología crónica, que normalmente se desarrolla entre la cuarta o quinta década de la vida, es muy infrecuente en niños y puede afectar de manera bilateral (a los dos oídos) entre un 20 y un 40 % de los casos. Esto empeora sensiblemente la calidad de vida del paciente y la inestabilidad es mayor. «Tenemos el oído externo, (que es el conducto), el tímpano, el oído medio y el oído interno, que es el órgano de la audición y del equilibrio y donde se genera la dolencia», explica el otorrinolaringólogo.

En cuanto al período en el que se sufren las crisis de vértigo, el experto explica que es impredecible, aunque habitualmente suele durar entre los 10 y 20 años de media. Transcurre por picos y etapas. Y en cuanto al tratamiento, es personalizado. «Siempre recomiendo al paciente llevar biodramina en supositorios por si le da un brote, y le restrinjo la sal y cafeína. Las crisis de vértigo suelen avisar, puesto que al afectado le empieza a pitar el oído, se le tapona y pierde audición. También hay un tipo de crisis, aunque menos frecuentes, donde al paciente le da un vértigo muy fuerte y se cae. En cuanto al tratamiento farmacológico, se encuentran la betahistina, diuréticos, corticoides sistémicos o transtimpánicos», indica Rossi, quien también cita la gentamicina, un tratamiento que se aplica mediante una inyección y destruye el oído interno. En cuanto a la cirugía, actualmente ya casi no se practica, dado que los tratamientos transtimpánicos son muy efectivos y tiene más efectos adversos.

La depresión es una de las consecuencias de esta enfermedad. «Cuantos más episodios de ansiedad tienen, más crisis de vértigo se producen. Muchos pacientes tienen depresión porque están incapacitados para trabajar en su día a día, desconocen cuándo les va a dar el vértigo y algunos necesitan ayuda psiquiátrica», explica.

 Desde los 20 años

Borja Castro, un vecino del municipio lucense de Monterroso de 43 años de edad lleva desde los 20 conviviendo con ese zumbido diario y con esas pérdidas de equilibro que caracterizan al Ménière. Ex operario en el sector de la albañilería, sufrió dos fuertes brotes que lo llevaron a perder el 93 % de audición y a incapacitarlo. La primera crisis le dio en 1996 y la segunda en 2008. «Tiña 20 anos cando me deu o primeiro brote e botei mal dous anos sen que me deran coa enfermidade. No 2008 volveume a dar e foi aquí cando me dixeron que tiña Meniérè. É horrible porque empézache todo a dar voltas, non te das apoiado, déitaste e véñenche vómitos... Paréceche que che vai a dar algo, que vas morrer, e iso xérache moita ansiedade. Por iso, o fundamental é manter calma», explica Borja, que cambió la piedra por las tareas domésticas. «Non podía andar nas alturas, coller pesos, agacharme moito nin conducir. Por iso estou xubilado ao 100 %. A enfermidade limítate e frústrate. Encérraste na casa e non che apetece saír. Cámbiache a personalidade e íllaste mais da xente... Pero tes que aprender a convivir con ela», concluye.

Una aplicación con sello gallego

Jorge Rey, un coruñés que lleva una década trabajando como otorrino en el Hospital Univesitario de Donostia, en San Sebastián; y Juan Manuel Espinosa, que presta servicio en Hospital Virgen de las Nieves, en Granada, pusieron en marcha hace poco más de dos años una aplicación móvil pionera en España. Se llama Meniere, la construyeron en cuestión de seis meses y el objetivo es que el paciente lleve un control diario y real de su enfermedad en su teléfono. «Es como el diario del propio paciente, algo que hasta ahora iba intrínseco en su esfuerzo y la memoria. Con esta App, lleva un control diario de los síntomas y audición. No es una prueba médica pero nos permite a nosotros saber los cambios auditivos en los pacientes. También creímos que era un medio ideal para comunicarse y mejorar el control. Acabamos donándosela a la asociación de afectados», explica Jorge, que aclara que el dinero de la descarga es para este colectivo.

En este caso, un facultativo gallego es responsable de la aplicación de la tecnología al campo de la salud, con un diseño muy práctico y asequile para todos los afectados.