No era el primero. En agosto del 2003, cinco hijos de una misma familia enfermaron tras comer un lunes los restos de una ensalada de pasta que se había preparado el viernes anterior; la más pequeña, de siete años, murió 13 horas después. Al menos otro pequeño de 11 años había fallecido años antes a las 15 horas de comer fideos chinos y un chico de 17, desarrollado una insuficiencia hepática fulminante tras sufrir una gastroenteritis aguda a la media hora de de comer unos espaguetis que se habían preparado cuatro días antes.
Para prevenir el efecto de esta bacteria, que también puede desembocar en otros problemas, como la sepsis, en bebés, ancianos o embarazadas, se recomienda guardar las sobras siempre en la nevera -por debajo de los 3 grados- y cuidar al máximo la limpieza a la hora de cocinar, especialmente en los cubiertos.