El saldo del vórtice polar: diez muertos, olas petrificadas y vías de tren en llamas

Mercedes Gallego NUEVA YORK | COLPISA

SOCIEDAD

Un giro de temperatura de 45 grados descongelará Estados Unidos en los próximos tres días

01 feb 2019 . Actualizado a las 14:15 h.

Ríos congelados, olas petrificadas, vías de tren en llamas. Las imágenes que llegaban del Medio Oeste estadounidense parecían sacadas de una película apocalíptica, pero son reales. Más de 230 millones de estadounidenses estuvieron el jueves bajo cero y, como contraste, dentro de tres días vivirán temperaturas primaverales para esta época del año.

El guiño climático es un aviso escalofriante para quienes han sobrevivido solo porque se trataba de un par de días que bien podían sobrellevarse frente a la televisión con una buena calefacción. ¿Qué hubiera pasado si una prolongada ola de frío hubiera hecho saltar las infraestructuras energéticas, como ocurrió en julio del 2003 en el noroeste del país con una ola de calor? El apagón de dos días puso de manifiesto la vulnerabilidad de las urbes ante la falta de electricidad, que en invierno hubiera resultado aún más mortal. 

Las cataratas del Niágara,uno de los puntos turísticos más importantes de todo Estados Unidos, ofrecían una imagen totalmente invernal y espectacular durante estos últimos días.

LARS HAGBERG | AFP

Diez personas han perdido la vida con el vórtice polar. No eran ancianos, ni población especialmente vulnerable, sino precisamente los que se creyeron más fuertes que el fenómeno atmosférico. Como Gerald Belz, un estudiante de 18 años que la policía del campus universitario de Iowa en el que estudiaba Medicina encontró desplomado en el suelo. Otro estudiante que aparecía en una foto en pantalones cortos y abultado chaquetón polar se negó a dar su nombre al fotógrafo porque «mi madre se enfadaría mucho si se entera».

Solo en Illinois las estupideces llevaron a una treintena de personas al hospital con extremidades congeladas y al borde del colapso. En ese estado donde varias localidades registraron las temperaturas más bajas de todos los tiempos, con una generalidad de 35 grados bajo cero, sin contar la sensación térmica que traían los vientos árticos, Chicago pudo ganar el premio de fotografía.

Las imágenes de los trenes deslizándose sobre raíles en llamas en la oscuridad de la noche batían la imaginación de Hollywood. No era un accidente, de los muchos que provocaron los cortocircuitos eléctricos, sino una operación controlada para salvar el sistema de transporte, tan necesitado estos días. Las autoridades tuvieron que recurrir a incendiar los raíles para que los trenes no descarrilaran en aquellos tramos en los que las temperaturas extremas habían encogido los hierros hasta separarlos. Para mantener el control sobre las llamas los equipos de mantenimiento tuvieron que hacer turnos de doce horas.

La provisión de gas natural estaba bajo amenaza en Michigan y Minnesota, donde se pidió a los residentes reducir su consumo en la medida de lo posible, según informa AFP. El Servicio Postal de Estados Unidos dijo que la distribución del correo continuaba suspendida el jueves en varios estados.

SCOTT OLSON | AFP

Todo esto acabará abruptamente este fin de semana. Los cerca de 5.000 vuelos cancelados podrán remontar y, en comparación, muchos creerán que se han transportado al Caribe. Ciudades como Chicago pasarán a 13 grados, un vuelco de 45 grados que desconcertará a cualquier cuerpo. El momento justo para salir a la calle con la camiseta de «yo sobreviví a la peor ola de frío de mi generación» que ha empezado a venderse. Las redes sociales están inundada de fotos en las que alguien sale al porche con un cazo de agua hirviendo para mostrar cómo se congela al instante cuando la lanzan al aire. La lluvia de estupideces se congela, el invierno continúa.