Galicia es la segunda comunidad que más ha reducido su mortalidad cardiovascular

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

Jessyca Ocampo

Pese a la mejora, los expertos alertan de que la insuficiencia cardíaca acabará convirtiéndose en una epidemia

06 mar 2019 . Actualizado a las 16:10 h.

Las muertes por enfermedades cardiovasculares ?122.466 en España en el 2016? son y seguirán siendo, debido al envejecimiento de la población, la principal causa de muerte (28,8 %), por encima del cáncer (26,7 %) y de las patologías del sistema respiratorio (10,3 %). Pero, pese al aumento en un 2,2 % en el número absoluto de defunciones, la tasa estandarizada de mortalidad cardiovascular ?238,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes de media a nivel nacional? se ha contenido, en buena parte por las mejoras en la atención al ictus y al infarto. Un buen ejemplo es Galicia, que se ha convertido en la segunda comunidad autónoma, después de Asturias, que más reducido en el 2017 su mortalidad cardiovascular ?235,8 óbitos por 100.000 habitantes frente a los 250 del 2016? hasta situarse por debajo de la media nacional y convertirse en la sexta con mejor comportamiento en el ámbito estatal, según los datos avanzados ayer por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC).

Es una mejoría palpable que consta el presidente de la Sociedade Galega de Cardioloxía, Óscar Díaz Castro. «En Galicia -expone- se ha trabajado mucho y bien en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Fue la primera comunidad que creó una red de asistencia urgente al infarto, el programa Progaliam, un modelo de éxito para que la mayoría de la población pueda acceder a un tratamiento de forma urgente. Además, los servicios de cardiología se han ido desarrollando y creando unidades cada vez más específicas que permiten transferir a la población las mayores novedades y los tratamientos adecuados».

Más riesgo por la obesidad

En esta mejora también fue esencial la mayor concienciación en los factores de riesgo que predisponen a las enfermedades cardiovasculares. Los datos demuestran que el consumo de tabaco se ha reducido en la población gallega ?fuma el 18,8 % de la población, por el 22,7 % de media en España? y que existe un mejor y mayor control sobre la hipertensión y el colesterol. Pero no todo es positivo. «Hay otros elementos de riesgo que están claramente en aumento y todos debemos ser conscientes de que debemos trabajar para reducirlos», explica Díaz Castro. El médico apunta directamente a la obesidad y el sedentarismo, factores que también han disparado el crecimiento de la diabetes tipo II. «Nos queda mucho trabajo para corregir estos problemas, aunque también es de destacar que el control que se hizo con los demás factores de riesgo y con la mejora de las terapias hemos evolucionado hacia tasas de mortalidad cada vez menores», destaca el especialista.

Existe, sin embargo, una sombra que empaña los éxitos conseguidos: la insuficiencia cardíaca, que amenaza con convertirse en una auténtica epidemia. Mientras que el ictus o el infarto llevan años reduciendo paulatinamente sus cifras de mortalidad, en el 2017 fallecieron en España 19.165 personas por insuficiencia cardíaca, la cifra más alta desde el 2008, cuando se produjeron 20.241 muertes por esta causa. En Galicia perecieron en el 2017 por este motivo 1.578 pacientes, de los que 994 eran mujeres. Y lo más probable es que la cifra vaya en aumento, porque, aunque son varios los factores que influyen en su auge, el principal es el envejecimiento de la población. De ahí que sea difícil controlarlo.

«La realidad -asegura Óscar Díaz- es que la insuficiencia cardíaca va a alcanzar proporciones de epidemia. Poco a poco vemos que atendemos a más pacientes de este tipo y esta situación nos obligará a que los servicios sanitarios tengan que adecuar sus dimensiones para poder ser capaces de atender al gran número de personas que en los próximos años vendrán a recibir atención por este problema».

Esta patología afecta al 2,7 % de la población española mayor de 45 años; al 8,8 % de los mayores de 74 años y es la principal causa de hospitalización en mayores de 65 años.