Cuando el trabajo te cambia la vida

Marta Otero Torres
Marta Otero LA VOZ / REDACCIÓN

SOCIEDAD

La Obra Social La Caixa, financia el acceso al trabajo de discapacitados intelectuales a través de dos centros especiales de empleo

25 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La integración laboral de los discapacitados intelectuales es un camino que a veces se hace muy cuesta arriba. Lo saben los integrantes de dos colectivos gallegos: Aspaber y Aspamadis, que trabajan duro cada día para lograrlo. Con la financiación de la Obra Social ‘La Caixa’, estas dos organizaciones han conseguido cambiar la vida de decenas de personas. Pero quedan muchas más.

Manuel Martín, de Aspamadis, tiene el ejemplo en casa. «Yo lo he visto con mi hija, el trabajo les cambia la vida y hasta el carácter». La cosa, en su caso, comenzó por un grupo de padres que no querían «tener a los hijos en la calle». Se unieron con el objetivo de integrarles en el mundo laboral y que tuviesen «una vida normal». Montaron un centro especial de empleo y los trabajos comenzaron a llegar, poco a poco. Ahora esperan cerrar un acuerdo con el Ayuntamiento de Ourense para que los chicos trabajen por turnos. «La Obra Social apostó por nosotros y lo que conseguimos fue gracias a ellos».

Un caso parecido es el del centro especial de empleo de Aspaber, que tiene un proyecto más avanzado. Allí trabajan en la actualidad 52 personas de 17 ayuntamientos diferentes. «En el mundo rural ?explica Dolores Fernández?, la generación de empleo es más complicada por la dispersión geográfica, porque tienes que capacitar a las personas y cuando ya tienes el empleo no tienes los medios de transporte para acceder a diario. A veces nos encontramos con una doble dificultad, pero aún así es una lucha muy gratificante».

La mayoría de los empleados logra un empleo en el sector servicios. «Tenemos trabajadores que están haciendo la limpieza diaria en el ayuntamiento de Carballo, en el de Malpica y en el de Laracha, a través de contratos. También llevamos el punto limpio de Laracha y los colegios del ayuntamiento de Carballo», afirma Dolores.

Uno de los objetivos del colectivo es lograr empleos estables, por lo que intentan conseguir contratos que no sean temporales. «El esfuerzo de la asociación y de quienes la apoyan es importante, por eso creemos que la administración pública tiene que ser la primera que nos apoye y apueste por la integración.

Los resultados, hasta el momento, son muy satisfactorios. «Empezamos con dos personas y cada año incrementamos la plantilla. Ese es nuestro éxito. Para ellos supone autonomía, capacidad de decidir muchas cosas. El tener un empleo estable y poder conseguir una estabilidad laboral era algo impensable en su momento. Además, que ellos no tengan que vivir de una prestación genera riqueza para todos. Es tener una oportunidad que puedan vivir con un salario producto de su trabajo». En la actualidad, según la representante de Aspaber, la discapacidad intelectual tiene la tasa de empleo más baja de todas. «A nivel Galicia no sé si superaremos los 200 puestos en total. Las dificultades son muchas, pero el objetivo final es que estas personas normalicen su vida, y la normalidad la da tener un trabajo y esas cosas que tenemos el resto de los mortales».