«No descartamos aplicar una tasa a los alimentos con alto contenido en azúcar»

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

El acuerdo con la industria para rebajar el contenido en azúcar, grasas y sal es solo una parte de las medidas que se preparan para combatir la obesidad entre la población

23 ene 2019 . Actualizado a las 15:23 h.

Marta García Pérez, directora de la Agencia Española de Alimentación y Nutrición (Aesan), entiende que el acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y la industria alimentaria para rebajar en un 10 % el contenido de sal, azúcar y grasas saturadas en los alimentos es un hito que convierte a España en un referente europeo en la materia. Y advierte que aunque el acuerdo de la industria es voluntario su organismo velará por su cumplimiento. También reconoce que esta medida es solo una de las que se barajan para combatir la obesidad entre la población y favorecer estilos de vida saludable, por lo que tampoco descarta, entre otras acciones, que se aplique una tasa a los alimentos con elevado contenido en azúcar, tal y como ya han hecho otros países.

-¿Un 10 % en la rebaja de sal, azúcar y grasas es suficiente?

-Esto es el inicio de un camino, y el propio sector lo ha dicho así. Empezamos por aquí, pero a principios del próximo año empezaremos a mirar qué se puede mejorar. Hay que tener en cuenta que, además de dar tiempo al consumidor para que se adapte a los nuevos gustos, el cambio conlleva una modificación en la tecnología para elaborar el producto. Las empresas han tenido que adaptar sus procesos y todos los cambios llevan un tiempo.

-La ministra de Sanidad dijo que el acuerdo es un hito, ¿por qué lo es?

-Porque en Europa no hay un plan que abarque a tal cantidad de productos y a la totalidad del sector de la alimentación. La OMS lo pone como ejemplo de colaboración público-privada y lo va a recomendar en sus buenas prácticas. Tenemos que estar orgullosos.

-¿Cuándo empezará a notar el cambio el consumidor?

-Se trata de que el consumidor no note nada, en el sentido que no sienta que tome un alimento menos dulce o con menos sal, porque la reducción será paulatina, poco a poco, en dos años. El objetivo es que, en general, la alimentación de todos los consumidores españoles sea más saludable, pero sin que note que está haciendo algún sacrificio o esfuerzo para mejorar su dieta.

-Afectará a todo el mundo.

-Es un plan muy potente porque es transversal y abarca a la mayor parte de los alimentos que se compran en la cesta de la compra. Pero tendrá incidencia no solo en lo que comemos en casa, sino también fuera, porque también está implicada la restauración colectiva y la distribución automática o vending. Todo el mundo va a reducir las mismas cantidades en los mismos productos, de modo que el consumidor, sin darse cuenta, irá consumiendo productos con menos grasa, sal y azúcar. Es una medida más, obviamente, porque con esto no vamos a arreglar todo el problema de la obesidad. Pero es un plan muy contundente porque afecta a muchos productos y es muy transversal.

-Con el acuerdo voluntario, ¿descartan aplicar impuestos a productos con alto contenido en azúcar como se hace en otros países?

-Una cosa no quita la otra. No lo descartamos y es algo que tenemos encima de la mesa para estudiarlo, para ver cuáles se aplican en otros países de la UE, cuál es su efecto sobre la reducción del consumo y su relación con las tasas de obesidad... Es una medida más que no está reñida con los acuerdos voluntarios, porque aparte se puede poner un impuesto o una tasa para determinados alimentos que lleven una alta cantidad de un producto, como el azúcar u otros. Hay varios tipos de impuestos en países distintos y lo que estamos haciendo es recopilar toda la información para ver cuál nos parece más adecuado dentro de los distintos escenarios que hay.

-También se plantean prohibir la publicidad infantil en alimentos y bebidas. ¿Lo harán mediante un acuerdo voluntario o será obligatorio?

-Queremos que sea voluntario, pero ante todo lo que queremos es que se prohíba la publicidad de alimentos y bebidas a menores de 15 años. Vamos a intentar que sea una medida a la que se llegue con acuerdos y, si no lo conseguimos, haríamos una normativa, una regulación. Pero nada nos hace pensar que no será posible el acuerdo.

-En el ámbito escolar se viene prometiendo desde hace muchos años una regulación que impida, por ejemplo, las máquinas de vending en los colegios. Se ha hablado mucho, pero no se ha hecho nada. ¿Qué harán?

-Queremos hacer un real decreto de aplicación en toda España, lógicamente contando con las comunidades autónomas, para hacer una regulación en todo el ámbito escolar. No solo que afecte a la alimentación en los comedores, sino también la que se ofrece en las cantinas o en las máquinas vending. Y en este caso sí lo haremos mediante una normativa, por real decreto.

-¿Qué se plantean con respecto a lo que ya se ha anunciado en anteriores ocasiones?

-Queremos llegar un poco más allá y pretendemos también que los productos que se ofrezcan en los comedores escolares sean frescos, locales y de proximidad; conseguir que los colegios sean un entorno libre de publicidad e incrementar la actividad física para que los alumnos hagan al menos una hora diaria de ejercicio. Y también pretendemos que la bebida de elección por parte de los alumnos sea siempre el agua. Son varias cosas las que queremos abordar.