Pablo Martínez: «Internet hace mucho daño a los padres»

Uxía Rodríguez Diez
UXÍA RODRÍGUEZ REDACCIÓN

SOCIEDAD

SENÉN ROUCO

El pediatra asegura que los antivacunas son una rara excepción en su consulta. De los más de 1.100 niños que hay en su cupo, solo uno está sin vacunar

13 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo los padres temen a las vacunas. Los pinchazos tampoco gustan a los más pequeños. Pablo Martínez, pediatra en el Centro de Salud de O Portádego (Culleredo), tiene que luchar cada día contra ese miedo. A los padres les pide argumentos sólidos que justifiquen la intención de no vacunar a sus hijos. A los niños los trata con delicadeza para que el mal trago pase rápido. «Algunos ni se enteran», asegura. 

-¿Se encuentra con muchos padres que se nieguen a vacunar a sus hijos?

Nosotros encontramos muy pocos antivacunas. En mi cupo, que son más de 1.100 niños, tengo uno al que no han querido vacunar. Como no es algo obligatorio en nuestro país lo único que puedes hacer es intentar razonar. A la mayoría que tiene dudas, lo normal, es que los convenzas con pocos argumentos. 

-¿Cómo justifican su decisión esos padres?

Me suelen aparecer con páginas impresas de blogs o webs promovidas por los grupos antivacunas. Hoy en día Internet hace mucho daño porque hay mucha información que no está contrastada. Tienen miedo a componentes de las vacunas, a que aparezca alguna enfermedad... En la red siguen relacionando algunas vacunas con distintas enfermedades a pesar de que ya está más que demostrado que no hay nada de cierto en eso. 

-Y usted, ¿qué les contesta?

Cuando les enseñas casos de niños que se mueren por una enfermedad que se puede prevenir con una vacuna ya no queda ninguna duda. Muchas veces funcionamos por impulsos y cuando ves que hay algún caso de enfermedad que se complica es cuando la gente se preocupa y, en ese momento, muchos de los que estaban en contra de las vacunas se callan porque se dan cuenta de que es algo que se puede evitar.

-Y los niños, ¿cómo se enfrentan a este momento que suele provocar tanto miedo?

Cuando llegan, lo primero que me dicen es ¿me vas a pinchar?. Siempre hay que tratarlos con delicadeza. Forma parte de la vida misma y de la educación. Es una ocasión más para educar a un niño. Saber que hay cosas que te duelen pero que te van a hacer bien. Cuando son pequeñitos sufren más los padres que los niños. 

-¿Hay algún truco para que el temido pinchazo duela menos?

A los lactantes los vacunamos mientras la madre le da el pecho y a los que son ya más mayores hay que entretenerlos. Siempre les digo que dejen el brazo relajado porque así duele menos y que no miren a la aguja. En ese momento, les cuentas cualquier historia y, muchas veces, ni se enteran.

-¿Qué opina de la obligatoriedad que se ha introducido en algunos países?

A nosotros no nos gusta, como pediatras, tener que obligar a los padres. Nosotros más que obligar queremos concienciar a la gente. Pero es cierto que no debemos bajar la guardia nunca porque cuando lo das todo por hecho empiezan los problemas.