Manuel García Fantini: «Lo realmente grande de nuestra profesión es que tratamos con personas»

Marta Otero Torres
marta otero REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

La humildad es la gran virtud de uno de los profesionales de la cirugía vertebral más valorados por los gallegos

26 dic 2018 . Actualizado a las 12:09 h.

Quienes han sido operados por Fantini dicen que sus manos hacen magia. Es una referencia en neurocirugía en Galicia, un hombre inquieto que trata de forma especial a cada paciente y se deja la piel en una vocación que ya de niño heredó de su padre.

-Su padre fue ginecólogo. ¿Cómo influyó su figura en su vida y su carrera?

-No cabe duda de que la figura de mi padre, junto con la de mi madre, han sido una referencia ya desde niño para mí. Toda mi infancia y juventud se han desarrollado en un sanatorio (Sanatorio Virgen de La Luz) de Monforte de Lemos. He vivido un ambiente médico todos los días y todas las horas del día, siempre con la figura de mi padre, en bata o con pijama quirúrgico, hasta que salí de casa para estudiar Medicina.

-Pero usted eligió la neurocirugía, ¿por qué?

-Mi hermano mayor siguió el camino de mi padre, médico y ginecólogo. Yo siempre tuve claro que quería ser neurocirujano; ya antes de ser médico tenía claro que la base de todo está en el cerebro, en el sistema nervioso. Cualquier órgano es reemplazable, el cerebro no. Ese órgano es precisamente lo que caracteriza al ser humano y nos diferencia de los animales.

-Dice usted que no hay dos pacientes iguales, y presta mucha atención a la persona. ¿Cree que la sanidad hoy está deshumanizada?

-No puede haber dos pacientes iguales porque no hay dos personas iguales. Cada paciente, como persona, por su personalidad, su singularidad y su forma personal de vivir con la enfermedad y con el dolor es distinto. Se podrá hablar siempre de enfermedad pero no hay enfermedad sin enfermos.

La Sanidad no está deshumanizada, así lo creo. La mayor satisfacción para un médico es poder ayudar a los demás y lo grande y realmente importante en nuestra profesión es que tratamos con personas, personas que padecen o sufren. El médico tiene la labor de intentar curar, si no puede curar debe intentar aliviar el sufrimiento y, si no puede aliviarlo, debe intentar al menos compadecerse. Eso es algo que requiere tiempo, tiempo que el paciente necesita para contarnos lo que le pasa, que lo escuchemos, que podamos verlo, explorarlo... Que le expliquemos luego nosotros a el, de manera que pueda entenderlo, lo que tiene y lo que haremos para intentar curarlo. Ese tiempo es, lamentablemente, del que en ocasiones se carece y puede hace pensar que la Sanidad está deshumanizada. La humaniza o debe humanizarla el médico.

-Nos quejamos mucho de la atención, las listas de espera... ¿Pero realmente somos conscientes de lo que tenemos, si nos comparamos con otros países?

-Es verdad que la gente se queja de la atención médica, las listas de espera, etcétera. Eso es algo que ocurre en toda España y en todos los países del mundo. A lo largo de los años se ha ido incrementando la esperanza de vida. Cada vez se vive más y se vive más por dos motivos: se ha reducido mucho la mortalidad infantil y se han cronificado muchas de las patologías que antes tenían una corta esperanza de vida.

Es un problema de demanda -demanda de salud-, y de oferta -oferta de atención sanitaria-. De ahí surge la lista de espera, ya sea en atención primaria o atención especializada. En ocasiones el profesional sanitario carece del tiempo y recursos necesarios para atender cada vez más a más pacientes y más mayores. Aún así creo que en España la Sanidad se sitúa entre las mejores del mundo. El médico español es un médico bien formado. No hay país extranjero que no desee contratar a un médico formado en España y seguro que ningún ciudadano extranjero siente ningún tipo de reparo en ser tratado por un médico español o recibir cualquier tipo de tratamiento en España.

-¿Cómo diría que somos los gallegos como pacientes?

-El paciente gallego es como es: gallego, Si tuviera que definirlo en pocas palabra le diría que es paciente (tiene paciencia) y agradecido.

-Un neurocirujano tiene que ser infalible. ¿Hay algún momento en el que haya tenido que decir: «Hoy no opero, por responsabilidad»?

-Nadie es infalible y perfecto, precisamente por eso, porque somos personas y ninguna persona es perfecta. Lo peor que puede ocurrir en Medicina es cometer un error o una imprudencia y tratar de justificarlo. Todos podemos cometer errores y de esos errores debemos aprender; si no es así no se podrá ser un buen médico. Yo, gracias a Dios, nunca he tenido que enfrentarme a la situación de la que me habla. Antes de entrar en el hospital, creo que todo el personal sanitario, médicos, enfermeras, celadores, administrativos, etc, debemos dejar atrás, o intentarlo, nuestros problemas.

-Además, su profesión es un reto constante ¿Nunca se acaba de aprender?

-Quien no esté dispuesto a aprender toda la vida es mejor que no haga lo que está haciendo.

Cada vez se sabe más y más. Por eso cada vez la medicina está más especializada y subespecializada.

La medicina es una ciencia muy particular porque se trata con pacientes, pacientes que son personas y que sufren. Es una obligación moral y personal con el enfermo el que el médico no se quede atrás, anclado en el tiempo. Algo que aprendí cuando estudiaba la carrera, y de lo que me acuerdo todos los días es que el médico tiene que saber, saber estar y saber hacer. Todos los días se aprende algo de los pacientes, de los compañeros, de cada problema que se presenta. Cada paciente, con su idiosincrasias, es una oportunidad para aprender.

-¿Cómo cree que cambiarán las cosas en los próximos años, qué tecnologías en su ámbito nos cambiarán la vida?

-La tecnología nos facilita la vida en general y nos ofrece, en el campo de la medicina, trabajar mejor y más seguros. En medicina en los últimos años se ha avanzado a pasos agigantados. Todavía hoy, día a día, se hacen descubrimientos que prometen ser revolucionarios. Actualmente, con la incorporación de métodos de diagnóstico como puede ser la resonancia magnética de alto campo o los sistemas de neuronavegación intraoperatoria, la cirugía nos permite ser mucho más selectivos y eficaces, minimizando el tiempo quirúrgico, las complicaciones y secuelas. Supongo que la Neurocirugía avanzará en paralelo al desarrollo la nanotecnología, a la impresión de órganos con biomateriales, a la regeneración tisular... Sin dejar de ser una medicina individualizada.