Aumentan las alergias a la carne roja a causa de una picadura de garrapata

Marta Otero Torres
MARTA OTERO REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Galicia se encuentra en la zona de riesgo dentro de España, junto con el resto de la cornisa cantábrica

20 feb 2019 . Actualizado a las 20:07 h.

Galicia y, en general, toda la cornisa atlántica y cantábrica, es la zona de España donde se han registrado un mayor número de casos de alergia a la carne roja, una reacción que se produce tras la picadura de una garrapata y que en Estados Unidos se ha multiplicado en los últimos años. La particularidad de esta alergia, además de su causa, es que el tiempo de reacción del cuerpo no es inmediato, sino que se produce unas horas después de haber ingerido el alimento.

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) asegura que es un tipo de alergia que se puede dar en casi todo el país, aunque en el noroeste es donde se han descrito más casos, mientras que en la zona mediterránea es menos frecuente.

Charo López Rico, alergóloga del Chuac, confirma que sí que se registran casos en nuestra comunidad, pero que no es algo nuevo y tampoco se ha observado un aumento reciente. «En el grupo de Lugo, del alergólogo Ramón Núñez, y también en el de Santiago -explica-, se vieron casos de alergia a carne de mamíferos. Eran pacientes que tenían alergia al alfa-gal, un oligosacárido que contiene un carbohidrato; y que se habían sensibilizado porque habían tenido picaduras de garrapata. Se confirmó que, tiempo después, muchos se habían sensibilizado a las carnes de mamífero». La alergia puede causar reacciones de urticaria, angioedema o incluso anafilaxia, «y es muy característico que estas reacciones aparezcan horas después de la ingesta de la carne», asegura la experta.

Además, López Rico explica que esta alergia también se asocia a reacciones de sensibilidad, en ocasiones graves, a un anticuerpo monoclonal llamado cetuximab, que se utiliza para el tratamiento del cáncer colorrectal y de células escamosas de cabeza y cuello.

Respecto al diagnóstico, los alergólogos reconocen que en un primer momento puede parecer más difícil encontrar esta alergia, por su forma retardada de manifestarse, pero arroja pistas suficientes. «La historia clínica alergológica es muy importante -recuerda- y los alergólogos siempre intentamos tirar del hilo para ver qué ha comido el paciente las horas antes, cuáles son sus aficiones... Si es cazador, si vive en el campo o si tiene animales ya puedes decantarte por que haya alguna picadura, y ya diriges un poco la historia».

La alergia a la carne roja no solo se produce al comer un filete. «También puede ocurrir con vísceras de mamífero, e incluso se han descrito casos de pacientes que tienen reacciones con válvulas hechas con materiales de mamíferos. Incluso con gelatina, por tomar una chuche; o con la administración de gelatina endovenosa. Por eso es importante alertarlo, por si algún paciente necesita este tratamiento». El único tratamiento que existe es evitar el alimento: la carne roja, ni probarla.

Por otra parte, los últimos hallazgos de los investigadores estadounidenses, con el apoyo del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre han encontrado un posible vínculo entre el alérgeno presente en la carne roja y la acumulación de placas en las arterias del corazón. El trabajo demostró por primera vez que un marcador sanguíneo específico de la alergia a la carne roja estaba asociado con niveles más altos de placa arterial o depósitos de grasa en el revestimiento interno de las arterias.

Los expertos hallaron este tipo de anticuerpo (inmunoglobulina o IgE), específico del alérgeno alfa-Gal, en el 26 % de los pacientes con problemas de grasa en las arterias.