«Lídia Senra debería dimitir porque está comprometiendo la salud pública»

Raúl Romar García
r. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Elena Campos, doctora en Biociencias Moleculares y presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas
Elena Campos, doctora en Biociencias Moleculares y presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas

Elena Campos considera «inadmisible» que los políticos promocionen actos que cuestionen la seguridad y eficacia de las vacunas

12 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Elena Campos Sánchez no le tiembla la voz ni las convicciones cuando se refiere a las seudoterapias. «Por supuesto que matan», asegura con rotundidad. Esta doctora en Biociencias Moleculares e investigadora del CSIC se ha convertido, en su calidad de presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Seudocientíficas, en el azote de falsos curanderos, embaucadores y de aquellos que aquellos que juegan con la salud y las esperanzas de personas desesperadas a las que ofrecen terapias sin ninguna evidencia científica. Hoy ofrecerá una charla en la Domus de A Coruña (19.30 horas) organizada por el Círculo Escéptico y los Museos Científicos Coruñeses dentro de las actividades del Mes Escéptico.

-¿No es una paradoja que en una sociedad cada vez más formada se siga creyendo en las seudociencias e incluso ganen adeptos?

-Es una reflexión que nos hacemos todos, compartida por el mundo científico y académico, y que nos debería llamar la atención sobre lo correcto de nuestro sistema educativo, porque de alguna manera se supone que somos la generación mejor preparada por tener una mayor formación académica, pero a nivel de pensamiento crítico no parece que estemos tan capacitados para ser escépticos, desconfiar y contar con las herramientas adecuadas que nos permitan distinguir entre lo que es veraz y lo que no. Esto apunta a que algo no estamos haciendo bien a nivel educativo desde el principio.

-Tampoco ayudan las acciones de algunos políticos como...

-Lo de Lídia Senra [interrumpe la pregunta antes de que le sea formulada en su totalidad] es de una irresponsabilidad gravísima.

-Le iba a preguntar hasta qué punto le parece grave que un político promueva una charla en contra del virus del papiloma.

-Sí, sí. Pero no es la primera vez, porque ya se refirió en otra ocasión a las vacunas. No sabemos qué filiación tiene esta señora y qué grupo parlamentario de alguna manera apoya sus declaraciones, porque en su momento Podemos se desentendió. Pero desde luego son inadmisibles y no se pueden permitir con los datos y los resultados que tenemos sobre la mesa. Lídia Senra, y otros políticos que actúen así, incluso deberían dejar su acta y dimitir, porque están comprometiendo la salud pública. Y, en este caso concreto, la de las personas jóvenes.

-En los mensajes sobre la necesidad de la vacunación, en general, no debe quedar ninguna duda.

-No, porque si aparecen dudas ya vemos lo que está ocurriendo en Europa con el sarampión, que ha pasado de no tener apenas casos hasta incrementarse la enfermedad en un 400 %, y ha habido 35 muertes el año pasado. Con estas declaraciones se está comprometiendo la salud pública.

-Ustedes reunieron más de 1.000 firmas de científicos para pedir al Gobierno una ley contra la seudociencia. Parece que ya lo han conseguido.

-El plan que presentó el Gobierno aún es un borrador. Sí que es cierto que es un paso al frente, pero tenemos que esperar a ver cómo se desarrolla y cómo puede implementarse. Hasta el 15 de diciembre nos han dado de plazo para hacer propuestas. Ahora que, si me pides una opinión un poco más allá, desde nuestra perspectiva, si se quiere atajar el problema ya hay medidas que se pueden llevar a la práctica sin necesidad de aprobar nuevas leyes.

-¿Qué medidas?

-Solo con el real decreto de ordenamiento de profesiones sanitarias se podría realizar una inspección generalizada para comprobar en qué grado se ejerce el intrusismo sanitario y ver qué gente hay que, sin la titulación exigida, ofrece actividades sanitarias. Hay establecimientos que ofrecen seudoterapias y que no están autorizados como sanitarios, algo que es ilegal.

«Claro que las seudoterapias matan»

Elena Campos está convencido de que se acabará cercando a la seudociencia y a las falsas terapias, pero también lanza una alerta: «El número de seudoterapias -dice- podría ser infinito, porque depende de la creatividad de quien las inventen, de cuántos seguidores consigan y de los altavoces que les permitan seguir difundiéndolas». Su mensaje es claro: no hay que bajar la guardia.

-Ustedes decían en el escrito que enviaron al Gobierno que las seudoterapias matan. ¿Se puede ser tan tajante?

-Claro. No queda ninguna duda de que las seudoterapias matan. Lo están dejando claro estudios que observan que optar por una terapia que no cuente con el aval científico incrementa el riesgo de muerte en un 400 % en pacientes oncológicos, y que su uso combinado con una de verdad también reduce la adherencia a los tratamientos, de manera que aumenta el abandono de la quimio y la radioterapia entre un 30 % y un 50 % de los casos. Lo mejor que te puede pasar es que te roben el dinero y lo peor, que te mueras.

-Sobre la homeopatía y la acupuntura la ministra dijo que no las incluiría en la lista de seudoterapias hasta contar con un análisis riguroso. ¿Le parece bien?

-Estamos ante prácticas en que ya se han hecho estudios científicos y evaluaciones a nivel internacional, como las revisiones Cochrane. Y las conclusiones a las que se llega son más que evidentes. En el caso de la homeopatía demuestra que no funciona más allá del efecto placebo.

-Pero se sigue vendiendo.

-En la homeopatía sí que es cierto que se ha venido haciendo la vista gorda, porque desde Europa se nos insta a comercializar este tipo de preparados con el nombre de medicamento. ¿El motivo? En gran parte económico, porque las industrias productoras se ubican en Francia y Alemania.