Francis Cagigao: «No me puse nervioso, es mi trabajo»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

SOCIEDAD

VITOR MEJUTO

El anglogallego Francis Cagigao fue testigo de un partido clave para el Arsenal, el equipo de su vida y en el que ejerce como secretario técnico

21 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Aquel año eliminamos al Real Madrid en octavos después de ganarle cero a uno en el Bernabeu, después a la Juve en cuartos en un partido nuestro muy bueno y finalmente al Villarreal, que estaba jugando a un gran nivel». Francis Cagigao tiene la Champions del 2006 grabada a fuego en su memoria. Londinense nacido en 1969 en una familia de emigrantes gallegos, el actual secretario técnico del Arsenal vivió en directo en París el momento en que el que su equipo estuvo a punto de ganar el mejor torneo de clubes del mundo. Lo recuerda todo, no solo de aquella final, sino de las sucesivas eliminatorias. Su buena memoria probablemente le debe mucho a que no se dejó llevar por la emoción, ni siquiera sentado en las gradas del Estadio de Francia en el partido definitivo. «Soy un profesional -asegura-, lo vivimos de otra manera».

Pero quizás no sea tan raro que recuerde hasta el último detalle. Cuando el Arsenal jugó su primera, y por ahora última, final de la Champions, él llevaba nueve años como ojeador del club. Y en el 2006 uno de sus cometidos era estudiar previamente a los rivales. Era un trabajo importante. Su club había ganado la Premier League del 2003-2004 tras sumar 49 partidos sin perder y romper todos los récords de imbatibilidad. Era el mejor momento de su historia, pero él admite que no empezaron a creerse que la Champions estaba a su alcance hasta que el 21 de febrero del 2006 derrotaron en su propio estadio a aquel Real Madrid de Raúl, Zidane o Beckham.

Y llegó la final. El 17 de mayo se encontraron en París con el FC Barcelona, un gigante mundial que iba a por su segunda copa de Europa. No era el favorito el Arsenal -un equipo con una posición sólida en Inglaterra, aunque modesto en Europa-, pero tampoco iban con mentalidad perdedora. «Tanto el Barça como nosotros llegamos muy bien a la final -asegura-, así que les jugamos de tú a tú».

Francis Cagigao vio el partido en la grada, con su mujer y otros integrantes del cuerpo técnico del club. Oyéndolo, uno diría que incluso doce años después aún sería capaz de contar aquel encuentro como si lo estuviese viendo en tiempo real. La expulsión del portero Lehman en el minuto 12 que los dejó en inferioridad numérica, la desequilibrante entrada de un Andrés Iniesta que aún no era titular indiscutible, el empate del Barça con Eto’o en fuera de juego, los dos mano a mano entre Thierry Henry y Víctor Valdés que el delantero francés no consiguió transformar en goles para los ingleses... y la derrota final.

Enamorado nada más llegar

Francis Cagigao no solo trabaja para el Arsenal. Él es del Arsenal. No nació predestinado, porque se crió en Pimlico, un barrio muy próximo al estadio del Chelsea. Así que de pequeño era del Chelsea... hasta que un ojeador del equipo rival lo fichó cuando era todavía un niño. «El Arsenal es un equipo de valores, un histórico de un barrio humilde, de trabajadores», explica Francis Cagigao, que asegura que se enamoró del club «nada más entrar en sus instalaciones como jugador».

Pero ni con esas recuerda aquella final como algo demasiado emocional. Le resultó triste, claro, porque fue «una ocasión histórica perdida», pero él trataba de leer el partido, no de sufrirlo. «No me puse nervioso -afirma-, porque soy un profesional y tengo que ser capaz de abstraerme y mantener la calma».

Aunque su puesto de trabajo está oficialmente en Londres, Francis Cagigao tiene su residencia habitual en Monforte -se pasa la vida de aeropuerto en aeropuerto por eso, y porque su trabajo le obliga a ello-. La pasión como espectador de fútbol la deja para su casa, cuando queda allí con amigos para ver un partido por televisión. «Ahí la cosa cambia», dice con una sonrisa.