Día histórico en la ciencia: el kilo ya no pesa un kilo

Mireia Rom EFE

SOCIEDAD

BENOIT TESSIER / Reuters

Científicos de todo el mundo votan en Versalles redefinir la referencia para calcular el peso

16 nov 2018 . Actualizado a las 21:27 h.

La comunidad científica mundial se despidió hoy del «Gran Kilo», el último objeto físico usado como patrón de medida, y redefinió cuatro de las siete unidades básicas del Sistema Internacional (SI), en su mayor revisión desde su instauración en 1960. A partir del próximo 20 de mayo, Día Mundial de la Metrología -cuando entra en vigor el nuevo sistema-, la unidad básica de peso no estará definida por un cilindro de platino e iridio atesorado desde hace 130 años en Sèvres (a 14 kilómetros de París), y será sustituido por una fórmula matemática.

La resolución ha sido aprobada por unanimidad de los delegados de los 60 Estados Miembros de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM por sus siglas en francés) con derecho a voto en la clausura de su 26 Conferencia General tras tres días de debate.

«Es un cambio radical de paradigma», afirmó a Efe la secretaria ejecutiva del Comité Consultivo de Unidades del BIPM, Estefanía Mirandés. «Desde 1799 el sueño de fijar constantes universales a las unidades de medida ha estado en la mente de todos los físicos».

El origen del SI se remonta a la 11 edición del Congreso de 1960, cuando reformó el sistema métrico decimal heredero de la Revolución Francesa, conocido por definir el metro como la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano de la Tierra que pasa por París.

Desde entonces, las unidades de medida se determinaron a partir de objetos físicos o propiedades de materiales, pero estos son vulnerables a la acción humana y a los cambios medioambientales, por lo que en el último siglo se han sustituido por constantes físicas.

El kilo era el último superviviente definido por un objeto físico

Aunque guardado celosamente en una caja fuerte bajo tres campanas de cristal, los científicos determinaron que el «Gran Kilo» había perdido alrededor de 50 microgramos y que había llegado la hora de jubilarlo.

De ahora en adelante, el kilo se definirá en relación con la constante de Planck, bautizada en honor a uno de los padres de la teoría de la mecánica cuántica, el físico alemán Max Planck. El cambio, según relata Mirandés, ha sido posible tras años de realizar diferentes experimentos en distintos puntos del mundo para medir esta constante de la naturaleza hasta concluir que todos la determinaban con un mismo valor.

Además de la unidad básica de peso, el congreso acordó redefinir tres unidades más en función de constantes universales invariables.

El amperio (unidad de corriente eléctrica) se medirá en función de la carga elemental, el kelvin (unidad de temperatura) en relación con la constante de Boltzmann y el mol (unidad utilizada para expresar la cantidad de sustancia) lo hará con base en la constante de Avogadro.

El segundo, el metro y la candela no varían, pero sí la formulación de sus definiciones para homogeneizarlas con las nuevas. «El ciudadano de a pie no va a notar los cambios a partir del 20 de mayo, sino a largo plazo», precisa Mirandés.

El campo más beneficiado con la revisión, según la experta del BIPM, es el comercio. «Hemos estabilizado las transacciones a largo plazo, porque estamos seguros de que la unidad de masa va a ser la misma, y hemos abierto la puerta al desarrollo tecnológico».

De la misma manera que la redefinición del segundo permitió desarrollar los sistemas de navegación por satélite, se espera que la nueva definición del kilo aporte más precisión en ámbitos como la administración de medicamentos o la seguridad en los transportes.

También evolucionará sustancialmente la manera de enseñar las unidades de medida, puesto que a partir de ahora los profesores deberán explicar qué son las constantes físicas universales para definir qué es un kilo.

Sin embargo, Mirandés destaca que el cilindro de Sèvres no pasará a tener solo un valor nostálgico. «En los próximos años vamos a seguir utilizándolo para hacer comparaciones con las nuevas balanzas y asegurarnos de que la talla del kilo sea siempre la misma».

Después de su retiro definitivo, el «Gran Kilo» poseerá todavía una utilidad histórica para estudiar cuánto ha variado su masa durante los últimos cien años.

BENOIT TESSIER