La Voz
Ser mago es, en cierto modo, profesión de riesgo. Volta, sin embargo, le resta importancia y hace un símil con otras profesiones. «Pasamos muchos meses entrenando, hay mucha preparación. Es igual que Fernando Alonso: él tiene un equipo de trabajo y sabe que en cualquier momento cuando hay una carrera puede salirse en una curva, tener un accidente y morir. Pero por eso no va a dejar de competir».
También lo sufrió hace tiempo uno de los gallegos más internacionales, el mago Antón. El 2 de diciembre de 1990 estuvo a punto de ahogarse mientras hacía un número en un acuario. Diez años después, en el 2000, en una actuación similar, el tanque se rompió y el mago salió despedido. Dos ocasiones de riesgo que el artista resumió en su momento para La Voz. «Las grandes ilusiones se basan en números arriesgados. El mago mide los posibles riesgos, pero a veces puede fallar algo».