Un paciente en tratamiento por ludopatía: «Lo perdí todo: trabajo, amistades y a mi familia»

SOCIEDAD

Europa Press

El primer contacto de Eduardo con el juego fue con la consola. El juego era una evasión, y un alivio, porque así «no pensaba en nada más»

27 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer contacto de Eduardo con el juego fue con la consola, como el de tantos otros niños. «Me regalaron una Gameboy para tenerme contento por un problema familiar, y me metí de lleno en el mundo de los pokémons». El juego era una evasión, y un alivio, porque así «no pensaba en nada más». Pero la espiral le arrastró y no se dio cuenta del problema hasta muchos años después: «Cuando perdí literalmente todo: trabajo amistades, bienes personales, y lo más importante, la relación con mi familia».

Entonces llegó el momento más duro, el de afrontar la realidad: «Lo más crudo es reconocerlo y plantarle cara. En mi caso, y en el de todos, lo ves como algo malo y te sientes culpable y muy mal por lo que hiciste... No piensas que la familia te vaya a apoyar y que lo más importante es que tú estés bien».

El joven tiene un mensaje positivo para los adolescentes, pero con advertencia. «El juego es un hobby que se puede hacer en ratos libres sin que sea un perjuicio para el resto de las actividades. Pero si hay que desconectar en un momento determinado, no se acaba el mundo. Nunca debe transformarse en obsesión».