En A Limia sí que da gusto envejecer

Marta Otero Torres
marta otero REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La Obra Social ?La Caixa? apoya las iniciativas del Centro de Desenvolvemento Rural O Viso

25 oct 2018 . Actualizado a las 14:58 h.

En la comarca de A Limia hay razones para la esperanza. Mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable y hacer de esta zona rural un lugar donde las nuevas generaciones quieran vivir es el objetivo principal del Centro de Desenvolvemento Rural O Viso, que recibe el apoyo económico de la Obra Social ‘La Caixa’.

Para llevar a buen puerto su objetivo han puesto en marcha vario servicios de proximidad, que «lo que buscan es alargar lo máximo posible la estancia de los mayores en su hogar y evitar que las personas acaben institucionalizadas», según explica Elena Blanco, terapeuta ocupacional. Así, los usuarios se benefician de servicios básicos de alimentación (bandejas a domicilio o comidas en el centro de inclusión), higiene (lavandería, lavado y planchado de ropa y ducha adaptada para aquellos que la necesiten); y otros como podología, administración de medicación, pequeñas curas... Todo a mano para hacerles a los mayores la vida más fácil.

Otra cara de la misma moneda es el programa Envellecemento activo, orientado a la promoción de la autonomía y la prevención de la enfermedad. «Es como adelantarnos a que aparezcan las dependencias. Son actividades como, por ejemplo, gimnasia de mantenimiento, a las que viene gente desde los cincuenta y tantos», continúa Blanco. También tienen talleres de memoria o de formación digital. «Lo mejor es que el tema lo eligen ellos. Este año les preguntamos lo que querían y nos dijeron que necesitaban aprender a manejarse con el móvil». Dicho y hecho.

En el centro también ofrecen charlas de divulgación de conocimiento de enfermedades como la diabetes, o el ictus, y todo lo relacionado con salud mental. «Creemos -afirma Elena Blanco- que este es un problema real, no solo para quienes lo sufren; también para la red de apoyo, con familiares que tienen el síndrome del cuidador quemado».

Pero no solo se preocupan de los mayores. «Nuestro objetivo -recuerda la terapeuta- es intergeneracional: trabajar juntos para que todo esté integrado». Para eso, por ejemplo, está el proyecto que van a poner en marcha en el que intercambiarán correspondencia de los mayores con los niños de un colegio de Xinzo. También apuestan por mantener la tradición y recuperar los antiguos métodos de trabajo en el campo a través de iniciativas ecológicas como A horta da avoa, en la que los mayores comparten sus conocimientos con los más jóvenes, que aprenden a cuidar una huerta como lo hacían sus abuelos.

Ahora, el reto es la llegada de muchas personas que alcanzan la edad de jubilación en unas condiciones mucho más activas. «Lo que queremos transmitir es que el envejecimiento no es una patología, por eso luchamos por mantener la autonomía y la capacidad de decisión de las personas».