Los 50 principales proveedores de los más de 6.200 registrados en la web acumulan el 11 %
de los alojamientos

Manuel Varela
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La plataforma Airbnb nació hace diez años en medio de la oleada de economía colaborativa que trajo consigo los sistemas de micromecenazgo o los viajes en coche compartidos. La idea original de todos ellos: eliminar intermediarios para conectar a los particulares. El listado de alojamientos publicados en Galicia desde octubre del 2017 en este servicio, facilitado por el proyecto DataHippo, invita a reconsiderar aquel planteamiento original. Un análisis a las más de 9.650 ofertas en Airbnb muestra que las agencias turísticas y empresas de alquiler vacacional utilizan el portal para vender sus productos. Entre los más de 6.200 propietarios registrados con actividad en este período -bautizados en esta red como anfitriones-, figuran cincuenta con una cartera que acumula el 11 % de los hospedajes disponibles.

Los profesionales del sector han desplazado a los arrendadores particulares. Los cinco anfitriones con más inmuebles disponibles son compañías de este tipo que, sumando los precios medios de los alojamientos, ingresarían un máximo de 22.419 euros al día a través de 504 propiedades, según los datos recopilados por DataHippo. Airbnb advierte de que la realidad, según sus registros, es otra. «La plataforma surgió en base al home sharing (‘compartir casa’, traducido al español) y este sigue siendo su esencia», responden mediante cuestionario. Siete de cada diez personas en España comparten su propio hogar, apunta Airbnb, mientras que solo el 6 % de los anfitriones cuentan con más de 5 anuncios. En el caso de Galicia, el porcentaje es casi la mitad.

La proporción se multiplica al analizar el número de ofertantes con más dos o más inmuebles: casi un cuarto del listado. En un escenario hipotético, en el que durante un mismo día se alquilen todas los alojamientos publicados en el portal en el período estudiado, los anfitriones de Airbnb en Galicia llegarían a ingresar más de 350.000 euros esa jornada. Multiplicado por treinta, un negocio que supera los 10 millones de euros mensuales. La cifra, sin embargo, es inferior si se tiene en cuenta que muchos de los inmuebles fueron retirados del portal desde el último año.

«Merece un monumento»

Entre los cuatro primeros anfitriones figura la agencia MoRentals, con sede en Málaga y actividad desde el 2013. «Somos un intermediario profesional», señalan desde la empresa, con al menos 74 alojamientos en Galicia publicados en Airbnb desde el año pasado. El portal funciona para ellos como otro agregador de viajes digitales, compitiendo con Booking, Hoteles.com o Expedia. «Es como una plataforma de alquiler vacacional más», admiten.

La empresa encuentra a propietarios que necesitan comercializar con sus inmuebles o, directamente, buscan a posibles interesados. La agencia traza el perfil habitual: «Suele ser personas con trabajo y esta es una actividad secundaria para ellos». Los anfitriones profesionales se encargan de gestionar calendarios, formas de pago o promoción en redes sociales.

Una «family friendly house in the beach» en Muros o un «apartmen am Langosteira» en Fisterra. Así, en inglés o alemán, se anuncian varios alojamientos en plena Costa da Morte. Una zona que, desde los últimos años, experimenta un repentino auge del turismo internacional. «Antes era raro tener clientes de Francia, Estados Unidos o Australia como tenemos ahora», reconoce el gestor de una agencia de la zona, profesional del sector desde hace casi veinte años. La empresa cuenta con una cartera de al menos 130 inmuebles, la gran mayoría en este litoral. Negocios como el suyo hacen de Fisterra el duodécimo concello con más hospedajes en Airbnb.

Somos un intermediario profesional. Airbnb es como una plataforma de alquiler vacacional más, como Booking o Expedia

El intermediario asegura que la plataforma permitió dar «un salto enorme» a partir de la crisis. «Antes había mucho cliente nacional y estos portales nos dejan llegar al turista internacional», añade sobre el impulso que permitió este servicio. «Aquí deberíamos hacerle un monumento a Airbnb, nos abrió las puertas a todo el mundo», elogia.

Regulado por autonomías

Además de apartamentos y habitaciones, los proveedores de Airbnb también publicitan hoteles o albergues. Los responsables de la plataforma argumentan que la normativa para los particulares que quieren compartir su vivienda «no está clara». En España no existe una legislación que coordine la actividad en todo el territorio, sino que son las comunidades autónomas las encargadas de hacerlo. En el caso de Galicia, la Xunta aprobó un decreto en mayo del 2017 consciente de la irrupción de este nuevo modelo de negocio a través de Internet.

Identificó los diferentes tipos de alojamientos y creó la figura de las viviendas de uso turístico, adecuada a los alquileres de tipo vacacional publicados en páginas como Airbnb. En el balance de este mes de octubre, Turismo de Galicia registra 7.107 inmuebles con esta tipología. «Optamos por unha regulación máis efectiva a prol dun modelo de turismo de calidade e responsable», sostienen desde la consellería.

Desde el Gobierno, la Secretaría de Turismo se reunió a finales de septiembre con representantes de todas las comunidades autónomas y una veintena de profesionales del sector para plantear una modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos que «delimite el arrendamiento de temporada». También trabaja en la creación de un registro estatal único de viviendas de uso turístico.

Hacienda inició en el 2015 una mayor presión sobre los propietarios de estos alquileres. Según los datos ofrecidos por el ministerio, en Galicia se emitieron 7.800 avisos en la Renta del 2016 presentada el año pasado.

Una de cada diez habitaciones y viviendas ofertadas en el servicio están en Santiago

Al frente de los ayuntamientos con mayor número de ofertas aparece Santiago de Compostela. Según los datos recopilados por DataHippo, desde octubre del 2017 se inscribieron un total de 933 alojamientos en Airbnb.

El Concello ha realizado una campaña de concienciación durante el verano y aumentado el número de inspecciones. «As camas turísticas ilegais incrementan o prezo da vivenda e expulsan á veciñanza da cidade histórica», manifestó la concejal Marta Lois en la presentación de la iniciativa. El Gobierno local también publicó un estudio, advirtiendo que el sector hostelero profesional de la ciudad dejó de ingresar 425.000 euros en el 2017 solo con la actividad de Airbnb. El ayuntamiento de la capital gallega tiene previsto impulsar «unha modificación puntual do Plan Especial da Cidade Histórica para limitar os usos hoteleiros e apostar polos usos residenciais», explica.

Rita Sobrado, de la asociación Hostelería Compostela, admite que la plataforma «é xigante» y ha llegado «para quedar». Los hosteleros demandan un mayor control que evite la «turistificación» que «fai subir os prezos dos alugueiros». Entre lo positivo de la llegada de plataformas como Airbnb, la rehabilitación de viviendas en el casco histórico.

Vigo es la segunda ciudad gallega con más anuncios de Airbnb, sumando cerca de 700 en el último año. Le siguen concellos de las Rías Baixas como Sanxenxo, Pontevedra y O Grove. Por provincias, A Coruña, con un 43,29 %, y Pontevedra, con un 40,2 %, aglutinan la mayoría de alquileres vacacionales. Ourense solo suma 433 en toda la provicia.