Mejorar el diagnóstico es clave, pero el camino más lento está siendo el del tratamiento. Todos los especialistas admiten que el alzhéimer es una enfermedad muy complicada. «Y hemos empezado la casa por el tejado, esperando a que el paciente fallezca para poder investigar», explica este neurólogo. Desde hace diez o quince años los proyectos pasan por buscar más factores de riesgo genéticos, marcadores degenerativos. Es un camino lento, pero se están dando los pasos adecuados. «Crecemos en el diagnóstico, pero nos falta la pata del tratamiento, en donde no hay avances, pero eso no quiere decir que vayamos a esperar: tenemos que seguir trabajando también en el diagnóstico, porque sin él será difícil tener un tratamiento», concluye.