Trabaja en una multinacional cuyo objetivo es aportar luz. El grupo danés Velux es uno de los líderes mundiales en fabricación de ventanas. Peter Bang (Dinamarca, 1969), Executive Director & CFO de VELUX Finance, defiende el papel de las llamadas viviendas inteligentes.
-¿Qué es una casa para usted?
-Es el lugar donde uno vive, trabaja y se educa. La forma en la que se construyen y funcionan tiene un impacto sobre nosotros. Tenemos que romper con esa idea de que son una caja cerrada.
-¿Se puede demostrar en cifras esta influencia?
-Tenemos estudios que reflejan cómo en las escuelas los niños pueden incrementar hasta en un 15 % su rendimiento si la estancia cuenta con luz natural y aire fresco. Lo mismo en los puestos de trabajo. Más del 50 % del tiempo que estamos despiertos lo pasamos en un oficina y, en Europa, más de 47 % de las mismas no tienen acceso a la luz natural. Si el 90 % de los gastos operativos de una empresa están destinados al personal y sabemos que el ambiente incide en la productividad, invertir en mejorar los edificios debería ser una obligación.
-¿Cómo pueden convencer a los constructores?
-Las casas inteligentes no son necesariamente edificios caros, tenemos ejemplos. Los materiales y las tecnologías han evolucionado y se han abaratado. Para convencerlos les diría que piensen en que su construcción se revalorizará si cumple estos estándares.
-¿Se necesitan nuevas leyes?
-No llega con que estas viviendas ecoeficientes estén solo al alcance de unos pocos. Queremos que los gobiernos sean conscientes del ahorro que pueden suponer estos inmuebles que llamamos activos. El 40 % de la energía que se consume en Europa es en los hogares. La tecnología permite sensores que te avisan de los niveles de humedad o del estado del aire. Los ejecutivos tienen que promover su incorporación en los edificios públicos e incentivarla entre los particulares.
-¿Se pueden aplicar los mismos parámetros en los inmuebles del norte europeo que en los gallegos?
-No es el mismo clima, pero hay unas reglas que funcionan para todos. Cuando me mudé a un piso y le pregunté a mi madre: ‘‘¿Qué puedo hacer? Hace frío’’, ella me dijo: ‘‘¡Abre las ventanas! Deja que la humedad salga fuera’’. Nos hemos olvidado de aspectos básicos. De colocar las entradas de luz apuntando al sol o garantizar la renovación del aire con soluciones arquitectónicas. Los antiguos romanos ya lo hacían mejor que nosotros en sus construcciones.