Un universitario promueve la primera demanda en Vigo contra Ryanair por la huelga de julio

e. v. pita VIGO / AGENCIA

SOCIEDAD

Rodrigo Rodríguez, con la demanda contra Ryanair, en los juzgados de Vigo
Rodrigo Rodríguez, con la demanda contra Ryanair, en los juzgados de Vigo PITA

Rodrigo Rodríguez y cuatro amigos se quedaron colgados en Santiago y pagaron el doble por ir a Alicante

02 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El universitario vigués Rodrigo Rodríguez compareció este lunes en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, para ratificarse en la demanda que presentó a través de un bufete on-line contra la compañía aérea Ryanair por haber cancelado su vuelo desde Santiago de Compostela a Alicante en julio a causa de la huelga de los empleados. Sus vacaciones de verano en Benidorm les salieron más caras de lo previsto. El parón de la operadora low-cost afectó a miles de viajeros gallegos y la reclamación de Rodríguez es una de las primeras reclamaciones que llegan a un juzgado gallego.

Este estudiante de 21 años de Farmacia en Santiago y cuatro amigos (de A Coruña, Ourense y Vigo) planearon tras acabar los exámenes veranear en el piso de un colega en la Costa Blanca pero se quedaron colgados en el aeropuerto de Lavacolla. Rodríguez se queja de que, tras anularse el viaje, tuvo que comprar otro billete con Vueling que le costó el doble. Había conseguido un chollo de 50 euros pero, por la huelga, al final, pagó 100 por un asiento en otra aerolínea.  

Demanda en persona

El despacho virtual presentó su reclamación en la jurisdicción de Alicante pero el juez valenciano ha preguntado al joven si realmente ha firmado tal documento. El estudiante carece de copia de dicho escrito y deberá volver el lunes al juzgado de Vigo a presentar su demanda en persona.

«Pillé el billete con Rynair pero con el tema de la huelga, me avisaron con cinco días de antelación de que el vuelo se cancelaba. Cogí otro que me costó cien euros y luego presenté la demanda por Internet. Mis amigos me dijeron que la interpusiese con esta gente [la plataforma Reclamador.es] porque es muy cómodo y fácil», indicó este lunes el joven en los juzgados de Vigo.

El 31 de julio, el demandante cubrió un formulario en la plataforma Reclamador.es y firmó un poder al bufete on-line para que le representase en los tribunales de Alicante en su nombre. «Subí a Internet mis datos, las fotos del billete de Ryanair y del otro que pillé con Vueling, así como el poder de representación», relata.

«Hace poco, Reclamador.es me envió un mensaje por correo para decirme que fuese al juzgado de Vigo a ratificar la demanda», dice el estudiante.

Su sorpresa, al llegar al tribunal vigués, fue que su demanda aparece empaquetada en el mismo lote que otros tres pasajeros y que reclaman, en conjunto, 1.033 euros, sin especificar cuánto pide cada uno, detalle que atrajo la atención de los juristas.

Para curarse en salud, el juez alicantino le pidió a Rodríguez que acudiese a la sala de lo mercantil de Vigo para que él mismo confirmase si había firmado la demanda conjunta que presentó la plataforma on-line, que ratificase dicho escrito para confirmar que lo interpuso él y si deseaba seguir adelante con el proceso.

El joven acudió al juzgado de Vigo acompañado de su madre y admitió que carecía de un resguardo de su propia demanda telemática porque con la plataforma virtual solo firmó la autorización de cesión del poder para actuar en su nombre. Según cuenta, no tiene más papeles.

Al juzgado vigués nunca le habían pedido una ratificación y el personal contactó por teléfono con Alicante para entender qué estaba pasando. El joven insistió en que no firmó ninguna demanda sino solo el poder de representación que autoriza a la plataforma on-line a interponer esas reclamaciones en su nombre.

Sin esa prueba, Alicante no dio por confirmada la reclamación así que la sala de Vigo le ofreció al joven la oportunidad de volver a casa, buscar los papeles y presentarlos en la oficina gallega para hacerla de forma correcta, lo que hará el lunes.

«Fui el único de mis amigos que reclamé on-line, el resto renunció porque dijeron que era muy complicado. La puse en Internet pero no tengo nada físico que lo pruebe ni va firmado por mí, no recibí nada. En Internet hacen las cosas como quieren y, al final, tengo que venir en persona al Juzgado a presentar la demanda yo mismo», dice.