Un científico del CSIC denuncia que una pediatra recetó homeopatía a su hijo

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Acudió con el pequeño, con fiebre alta y placas en la garganta, a Urgencias en la Sanidad Pública en Madrid y se llevó esta desagradable sorpresa

14 sep 2018 . Actualizado a las 11:25 h.

Carlos Briones, científico del CSIC, denuncia que una pediatra de la Sanidad Pública recetó homeopatía a su hijo de 11 años que presentaba «fiebre alta (39.2º), placas en las garganta y dolor al tragar». Ocurrió en Urgencias de un centro de salud de la Comunidad de Madrid.  

Briones explica que, tras entrar en la consulta, la pediatra afirmó, sin tomarle la temperatura con el termómetro, que el niño sí estaba «caliente» pero que era bueno que tuviera fiebre «para que lo saque todo». La facultativa le mandó supuestamente abrir la boca pero no le miró la garganta. «Ni con el palito, ni sin él, y no ve las placas», denuncia Briones. 

Tras este vistazo, la pediatra afirma que puede ser «vírico» y le receta unas pastillas de homeopatía. «Para que el niño se encuentre mejor, puede chupar de vez en cuando una pastilla de Homeogene, puede tomarse una, bueno, o más... hasta cinco al día», recuerda Briones que le dijo la facultativa. Denuncia además que le recomendó una farmacia en concreto en la que podría comprarlas. 

Enfadado y descontento con el diagnóstico y el tratamiento de esta pediatra, Carlos Briones acudió con su hijo a otro médico que le diagnosticó una «infección bacteriana severa» y le pautó un «antibiótico» y «antitérmicos».

Carlos Briones ha denunciado el caso en Twitter para «denunciar lo que ocurre a veces en la sanidad pública, en este caso en Madrid», y ha presentado una reclamación ante la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la comunidad madrileña. 

«Esto es una vergüenza», afirma Carlos Briones sobre lo que le ocurrió a su hijo en esta consulta en la Sanidad Pública, de la que se declara «firme defensor». 

«Ojalá juntos logremos desterrar la homeopatía y resto de pseudoterapias de la sanidad pública, de la privada... y de nuestras vidas», concluye.