La CE quiere que el último cambio de hora obligatorio se haga en marzo

m. o. REDACCIÓN / LA VOZ REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Eddie Keogh

El BNG reclama el retraso del huso para Galicia y Juncker pide que los países se coordinen para evitar el caos

13 sep 2018 . Actualizado a las 07:27 h.

La batalla para eliminar el cambio horario en la UE sigue adelante. Ayer, la Comisión Europea (CE) propuso a los países de la Unión Europea (UE) que se coordinen para poner fin al cambio de hora bianual, de cara a que la medida pueda aplicarse ya el año próximo. En concreto, la propuesta de la Comisión incluye ya un calendario «breve y claro» para poner en marcha cuanto antes todos los cambios, aunque apuesta por un «enfoque coordinado» entre Estados miembros, por lo que los anima a «realizar consultas en los ámbitos nacional y europeo».

El objetivo es que el último cambio obligatorio tenga lugar el domingo 31 de marzo de 2019, fecha en la que oficialmente se pasa al horario de verano. A partir de este momento, los países que elijan el horario de verano se quedarían con él y los que prefieran el de invierno tendrían una oportunidad para ajustarse el 27 de octubre de 2019. A partir de ahí ya no se podrían hacer más cambios.

En su momento, la Comisión afirmó que cuando se eliminase el cambio horario se dejaría total libertad para elegir entre el verano y el invierno a los estados miembros, pero ahora insta a que lo acuerden «de manera coordinada entre países vecinos».

La principal razón es evitar la fragmentación en el funcionamiento del mercado interior, aunque deja claro que todos ellos deberán obligatoriamente suprimir el cambio de hora. De todos modos, la CE recordó que este calendario depende de que la propuesta sea aceptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, lo que esperan que se produzca antes de marzo del año que viene. Esto nos coloca ante un otoño-invierno en el que el debate sobre la hora estará en su punto álgido. 

La encuesta

El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, defendió durante su discurso sobre el Estado de la Unión ante el pleno de la Eurocámara la propuesta que surgió tras la encuesta pública que recabó un número récord de respuestas (4,6 millones) y que reveló que mayoritariamente (un 84 %) los ciudadanos europeos quieren terminar con esa práctica. Una mayoría (el 56 %) se decantó por mantener todo el año el horario de verano, frente al 36 % que prefirió el de invierno y un 8 % que dijo no tener una opinión sobre el asunto. Diferentes estudios en 2018 indicaron que el ahorro de energía por esta medida es mínimo, mientras que aumentaban las quejas de los ciudadanos por efectos negativos para la salud. Con todos estos argumentos, la CE concluyó que «no tiene sentido» seguir regulando el cambio de hora bianual.

Por otra parte, la eurodiputada del BNG Ana Miranda pidió ayer que Galicia cambie de uso horario y adopte el de Portugal, al entender «el desfase entre la hora oficial y la hora solar es de dos horas y media en Galicia», y que esto tiene consecuencias perniciosas en la salud y el trabajo.

«Es un horario propuesto por el franquismo para adaptar la hora a la Alemania nazi», dijo Miranda, quien durante su intervención sujetó un gran reloj blanco para reforzar su postura. Se trata de un recurso de comunicación que ya utilizó el eurodiputado italiano de la Liga Norte Angelo Ciocca durante una intervención en la que criticó que la UE se dedicara a debatir sobre el cambio de hora y no sobre asuntos, a su juicio, más importantes.

El grupo de expertos portugués prefiere el doble horario

Desde que se abrió la caja de Pandora del fin del cambio horario no han parado de surgir posturas encontradas. En España, ante la propuesta de la UE han surgido voces prestigiosas del entorno científico que consideran que no cambiar acarrearía más trastornos que ventajas. Y, por otro lado, entre quienes apuestan por eliminar el cambio hay también dos bandos: los que quieren quedarse con el de verano y los que consideran más lógico adoptar el de invierno, o incluso cambiar de huso horario.

Tampoco en Portugal lo tienen claro. Un informe encargado por el Gobierno y elaborado por expertos del Observatorio Astronómico de Lisboa recomienda mantener el cambio horario para aprovechar las ventajas de la luz solar.

«Tenemos un horario de invierno y otro de verano que benefician a la mayoría de las personas», apuntó el director del Observatorio, Rui Agostinho, que consideró que las alteraciones en el sueño provocadas por el cambio horario «ya no son significativas». Según el experto, los supuestos beneficios energéticos si se termina con el cambio horario no serían importantes. «El actual régimen de hora legal en Portugal con el horario de verano es el mejor comparado con posibles alternativas», añadió Agostinho, para quien el cambio del horario de invierno debería adelantarse al último domingo de septiembre. 

«El cuerpo no está preparado»

Para este experto, retrasar mucho la hora y que amanezca muy tarde puede tener consecuencias sobre la salud de las personas, porque la actividad se rige por la hormona cortisol, que se activa con la luz solar. Por esto, levantarse e ir a trabajar por la noche supondría estar menos atento al tráfico, por ejemplo, lo que podría causar problemas importantes. «Entonces llegas al trabajo y a la escuela y quieres producir, pero el cuerpo no está preparado para eso», explica. «Si escogemos el horario de verano -afirma- vamos a tener una vida muy complicada en las mañanas que van desde noviembre hasta febrero».

Muchos recuerdan, además, el caos que se produjo en el año 92, cuando Aníbal Cavaco Silva decidió cambiar unilateralmente el horario de Portugal para equipararlo con el de España y Alemania. La sociedad vivió entonces un desfase horario de más de dos horas con días en los que amanecía después de las nueve de la mañana y noches en las que el sol se ponía casi a media noche. La salud de los portugueses se resintió, aumentaron los ataques de ansiedad y los problemas con el rendimiento escolar de los niños. En 1995, cuando recuperaron su horario, la tasa de suicidios descendió en un 15 %.