El estrecho de Nores y el cabo Morris Jesup de Groenlandia se cuartean este año por el calor y el viento
23 ago 2018 . Actualizado a las 08:02 h.Que el Ártico se derrite es sabido, y que lo hace a más velocidad de la esperada ya no sorprende a nadie. El último aviso ha venido esta semana de Groenlandia: ni las zonas de hielo más compacto -esas que son conocidas como «la última área de hielo»-, se resisten a la acción del calor combinado con el viento; el norte del norte también se cuartea.
El fenómeno no se había registrado nunca hasta ahora, a pesar de que la zona se vigila con satélites desde los años setenta. Según los científicos del Instituto Meteorológico Danés (DMI) y del Instituto Meteorológico de Noruega (NMI) los hielos del norte de la isla están «destrozados» incluso en puntos tan representativos como el estrecho de Nores o el cabo Morris Jesup, que enmarcan el norte groenlandés. De hecho, los meteorólogos creen que esa idea de hielo perpetuo habrá que trasladarla más al oeste.
Dos podrían haber sido los motivos que han llevado a esta situación en el actual agosto: en febrero y ahora en el verano hubo sendos picos de temperatura completamente anormales (la semana pasada se llegó a los 17 grados), y a eso hubo que sumar los vientos de las últimas semanas. Si el hielo no es muy compacto, el viento lo puede cuartear y por tanto lo hace más móvil: es la pescadilla que se muerde la cola.
En esta zona el hielo suele ser bastante denso porque la corriente de deriva transpolar, uno de los principales patrones climáticos de la zona, empuja el hielo desde Siberia a través del Ártico hasta la costa groenlandesa. Tiene cuatro metros de grosor promedio, pero llega a veinte.
El Servicio Noruego de Hielo registró también esta misma semana una importante reducción de la capa helada en el archipiélago de Svalbard -entre los mares de Barens, Groenlandia y Noruega-, que es un 40 % inferior a la media para esta época del año desde 1981. En el último mes hubo catorce días de hielos mínimos históricos en la zona.