Reservo en cinco locales y solo como en uno, la nueva pesadilla de la hostelería

mateo casal / r. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La práctica es cada vez más habitual en rutas de un día por zonas turísticas gallegas

31 jul 2018 . Actualizado a las 09:02 h.

Una tendencia cada vez más extendida sobre los manteles gallegos. Los clientes, en este caso potenciales, reservan en varios restaurantes a la vez y luego solo aparecen en uno. Planifican una ruta por la geografía gallega y, dependiendo de a qué altura se encuentren, paran a probar bocado en uno u otro establecimiento. No tienen que apresurarse en llegar al destino esperado a la hora exacta. Hay mesa y mantel esperando para ellos en varios locales a la vez. «Comenzan dicindo: ‘Estou na Coruña, non sei a que hora estarei en Laxe, así que reservo alí. Non sei cando chegarei a Fisterra, reservo tamén alí. Ou en Malpica. E onde me encontre, vou’», explica Ana Pose, dueña del restaurante Zúrich en Laxe. No encuentra otra explicación para estas espantadas de última hora que se hacen constantes durante el verano.

«É unha lacra ou un virus. A xente perdeu a educación total coa xente que estamos traballando desto», exclama Manuel Varela, responsable del Mar de Ardora en Cabana de Bergantiños. Entiende que, con las nuevas tecnologías, el cliente tiene acceso a mayor información de la oferta de restaurantes y esto a veces se convierte en un arma arrojadiza. «A xente mira no móbil os tres restaurantes máis chic da zona. O problema é que vai a un e ao resto que se joroben», explica Varela. Su restaurante posee una galería con vistas al mar y las mesas próximas a la ventana son las más solicitadas. Cuenta que se queda a cuadros cuando las reservan y luego no aparecen. Recuerda con especial enfado un caso. Era un domingo y tenían reserva para doce personas. Nadie apareció y Manuel llamó al teléfono para ver qué había pasado. «Colleu un neno e se oía ruído de copas e xente falando. O pai dixo que falara cun home para cancelar, pero díxenlle que o único home no negocio era eu. Dixo: ‘É o teu problema’, e colgou», relata. Esto confirmó su teoría de que la gente reserva en varios locales a la vez y luego no cancela. Explica que la mayoría de las veces llama y no contestan, o si lo hacen, dicen que ellos no son y cuelgan. A Ana, en el Zúrich, la avisaron de una cancelación con 12 comensales, pero demasiado tarde.

Para Fran Insua, responsable de Fragón en Finisterre es una falta de empatía. «Están xogando coas familias que traballan aquí. Eu como xefe, si se cumpren as expectativas, súbolles o soldo aos empregados. Pero con isto eu deixo de ganar e non podo facelo», explica. Además de las pérdidas económicas, que son evidentes, a nivel organizativo les supone un revés importante. «Si te falla unha mesa de quince, despois de estruturar o comedor durante hora e pico, é unha faena. Van a conseguir que non reservemos e pagarían xustos por pecadores», dice Ana Pose. La solución de facilitar un número de tarjeta de crédito para evitar esta sangría, no les termina de convencer. «Nós traballamos cun 50 % de público local e non o van a aceptar», dice Fran Insua. Entiende que solo los locales con estrella Michelin se lo pueden permitir, ya que tienen una mayoría de público foráneo.