El precio de las bolsas tira del carro

MATEO CASAL / M. F. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

El cobro obligatorio lleva a que los compradores cambien sus hábitos para llevar sus productos

11 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«No tengo miedo de que se me rompa la bolsa». «No me duelen las manos por la falta de circulación». «Consigo cargar con más de diez kilos sin dejarme la espalda en el intento». «Incluso puedo coger el paraguas con la otra mano, que en Galicia siempre hay que andar prevenido». Cada vez son más los compradores que a diario recorren los establecimientos acompañados de su carrito de la compra. La mayoría lo hacen por comodidad, ya que el peso de las bolsas de plástico merma su espalda y brazos. Pero el tener que pagar desde el 1 de julio por cada una de las bolsas de plástico que se solicitan en caja (exceptuando las que contienen alimentos a granel), ayuda a que lleven su carro siempre, incluso cuando bajan a coger el pan o una docena de huevos.

«Me lo llevaría hasta de paseo», dice Rosa Couto, vecina de A Coruña, a la vez que demuestra su manejo del mismo con una sola mano. A sus 81 años, lleva más de veinte empleándolo a diario para recorrer el mercado, incluso aquellos días que no sabe si realizará la compra. Ahora enganchó a sus hijas en la práctica, que fueron las encargadas de regalarle estas Navidades el nuevo modelo del que presume. Sus cuatro ruedas permiten que lo conduzca por delante, sin tener que forzar la musculatura. Son los de «alta gama», que sustituyen progresivamente a los clásicos de dos ruedas y pueden encontrarse en cualquier bazar pero que resultan menos manejables. «En vez del bastón, yo llevo mi carrito», cuenta Rosa Couto.

Carlos Baldomir, cliente habitual del mercado de Elviña (A Coruña), se unió a esta tendencia hace un par de años debido a las trabas legales que se han impuesto al adquirir bolsas de plástico en los establecimientos. Además, explica que no sabe donde guardar tantas en casa, ya que no puede deshacerse de ellas. «Las bolsas son un incordio. Si tienes que subir desde Elviña hasta Monelos todos los días es mucho más práctico un carro», afirma.

«Después de jubilado, corredor de bolsas. Era lo que me faltaba», exclama Francisco Graña. Ese es el sentir de la mayoría de los clientes de carros de la compra, que los emplean por cuestiones de salud. No les queda más remedio, aunque están más que encantados. Llegados a una cierta edad, se ven incapaces de afrontar la caminata de vuelta a su domicilio. Muchas veces por agotamiento o simplemente porque el médico les prohibió coger un par de kilos a sus espaldas. «A los chavales les da igual cargar con las bolsas, pero los que tenemos ya una edad nos fatigamos», dice Graña. Y así es. Resulta difícil ver a jóvenes con carritos, pero siempre hay alguno que termina por animarse. Los modelos estampados y con diversas gamas de colores, rompen con los tonos fríos que emplea la gente mayor. La variedad aumenta y el público también. No obstante, muchos prefieren emplear bolsas de tela o materiales reciclados, en caso de desestimar la clásica opción de comprarla de plástico por unos céntimos. «Veo como la gente protesta a las cajeras porque no les dan bolsas. Yo llevo nueve años con mi carro y no las uso para nada», dice Mari Carmen Cea.

Los usuarios de estos carros están totalmente de acuerdo con las restricciones legales en favor de reducir la cantidad de plástico producido. Hay vecinos que no pueden ni ver a las bolsas plásticas. «Me estorban en la mano. Ya estoy acostumbrado a mi carrito y bajo con él aunque sea para comprar el pan», dice Francisco Graña. Otras como Pilar Vizcaíno, ofrecen soluciones alternativas a las bolsas. «Me traigo un táper en el carro para guardar el pescado o la carne en él», explica. Una vez que le dan el alimento ya limpio, pide que se lo metan en el recipiente, y de esta manera evita que las bolsas de plástico filtren líquidos u olores. «Es una forma muy cómoda y práctica de ayudar al medioambiente», cuenta la coruñesa.

Muchos usuarios creen que las constantes informaciones que hacen referencia a la contaminación de los mares y océanos concienciarán a los jóvenes en la eliminación progresiva de las bolsas plásticas. Otro punto a favor para que cada vez más, estos pequeños vehículos recorran las aceras.

Variedad de modelos y colores: los chasis de cuatro ruedas y con tonos coloridos dinamizan el mercado

Internet permite, además de personalizar a medida unas zapatillas, hacer lo mismo con los carritos de la compra. Es posible acoplar el modelo de bolsa al chasis preferido. Con dos, cuatro o seis ruedas. Plegables, con frenos e incluso los que posibilitan hacer giros de 360 grados. Se puede dejar de lado la clásica sobriedad que los caracteriza y optar por floridos estampados.

Sergio García es gerente de Garmol, una de las pocas empresas nacionales en este sector. Desde 1968 comercializan desde Alicante carritos para todos los públicos. «Nuestra web está destinada tanto a mayoristas, que suelen compran nuestro top diez, como a minoristas que buscan modelos más atrevidos», explica el responsable.

Hace unos años solo se veían colores oscuros y sufridos en los supermercados. Ahora, según los distribuidores, el cliente los concibe como artículos de moda. «Cada vez más la gente joven usa los carritos y se pueden ver modelos mucho más atrevidos», afirma Sergio García. En las zonas costeras se demandan colores más vivos, con flores e incluso bodegones. En el centro y el norte del país siguen predominando tonos más oscuros. En Garmol, los chasis de cuatro ruedas son el producto estrella. La ventaja diferencial es que con estos se empuja, no se tira del peso. De esta manera los puedes manejar frontalmente. También son muy demandados los que tienen ruedas 360 grados. Gracias a ellos puedes hacer giros sin arrastrar.

Esta empresa trabaja para más de 45 países y sus precios oscilan entre 25 y 65 euros. Francia es su principal mercado y sus carros de cuatro ruedas son también los que más demandan. «Allí inexplicablemente todo el mundo usa los de dos ruedas. Hay que concienciar a la gente de que no se puede cargar el brazo», cuenta el responsable. Además, son los encargados de fabricar los carros para Correos y La Poste, el servicio postal francés.

Las medidas iniciadas por la Unión Europea para reducir el consumo de las bolsas de plástico han producido un incremento en las ventas de carritos de la compra. «Cuando las empezó a cobrar Carrefour hace 4 años se notó un montón. A partir de esa fecha el aumento es progresivo», cuenta Sergio García. Desde estas empresas acogen con los brazos abiertos la normativa que entró en vigor el 1 de julio. Por el momento no observan un gran repunte desde que entró en vigor. Lo achacan a que la mayoría de las grandes superficies ya cobraban las bolsas de plástico, afectando fundamentalmente a pequeños comercios.