María del Mar Tomás Carmona, microbióloga del Chuac: «En un futuro cercano no tendremos antibióticos contra las superbacterias»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

Las terapias con virus para atacar los bacilos pueden ser la alternativa ante una de la mayores amenazas sanitarias

09 oct 2019 . Actualizado a las 19:53 h.

Médica e investigadora Miguel Servet II en el Complejo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac), María del Mar Tomás carbona acaba de ser elegida como la representante de España dentro del área de Microbiología en el Comité Conjunto Multidisciplinario de Control de Infecciones, integrado en la Sociedad de la Unión Europea de Especialidades Médicas. Es el órgano científico y asesor encargado de diseñar las estrategias sobre prevención, diagnóstico y tratamiento frente a las infecciones causadas por las bacterias multirresistentes, una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. Sus recomendaciones se transmiten a las autoridades e instituciones de la UE y a las asociaciones médicas nacionales.

-¿Cuál es su función en el comité europeo?

-Trabajar juntos para desarrollar protocolos, formaciones médicas y asesorar sobre cuál es el camino que hay que seguir a nivel clínico para controlar el gran problema que existe con las bacterias multirresistentes. Esta sociedad sirve de nexo común entre los políticos y los académicos y científicos para establecer nuevas pautas y direcciones a seguir, especialmente en el desarrollo de investigación e innovación. Fundamentalmente nos orientamos hacia tres objetivos: prevención de la infección, diagnóstico adecuado y, por supuesto, la búsqueda de nuevos tratamientos, porque nos estamos quedando sin ellos para combatir a las superbacterias.

-La OMS y otras organizaciones médicas llevan años alertando de que nos estamos quedando sin antibióticos debido a las resistencias de las bacterias. ¿Es tan grave la situación?

-Es un problema sanitario muy serio. Los antibióticos aún funcionan, pero ya hay unas poblaciones bacterianas para las que no sirven todas las herramientas terapéuticas que tenemos y es necesario hacer sinergias y combinaciones entre ellos, con lo que llegará un momento en el que tampoco funcionen. Ahora mismo aún seguimos teniendo antibióticos para luchar contra las bacterias resistentes, pero es probable que en un futuro cercano no las tengamos.

-¿Qué se puede hacer entonces?

-Tenemos que adelantarnos a este problema y saber que necesitamos herramientas nuevas para tratar las infecciones basadas en la innovación.

-¿Hay alternativas?

-Sí. Una de ellas es la terapia de fagos, que está siendo un bum a nivel internacional. Son virus que tienen la capacidad de matar a las bacterias, que actúan como antibactericidas. Se están utilizando no ya solo cócteles de estos virus, sino también proteínas derivadas de ellas, fagos sintéticos. En Estados Unidos ya hay dos hospitales autorizados para combatir las superbacterias con terapia fágica, que por ahora se utiliza para aquellos casos en los que ya no funciona ningún tratamiento.

-¿Son una nueva clase de antibióticos o más bien un tratamiento totalmente distinto?

-No tienen nada que ver con los antibióticos actuales, porque su forma de actuar es lisar -producir una lesión- la bacteria. Es una terapia muy prometedora porque tiene capacidad de matar cuando la bacteria está formando un biofilme, sin replicarse aún. Un antibiótico no es tan específico y no es natural, porque hay que sintetizar moléculas y pueden producir reacciones adversas. Los virus, por contra, se han aislado de nuestro cuerpo o del medio ambiente, son seres vivos y no provocan tantas reacciones.

«Hubo años en los que a las farmacéuticas no les interesaba»

A falta de que la terapia con fagos se convierta en una realidad clínica cotidiana, para lo que será necesario más investigación y más ensayos clínicos, en algunos casos se están utilizando antibióticos de los años 60, que en su momento fueron desechados por su toxicidad. Pero no queda más remedio, ya que los actuales ya no sirven porque las bacterias han creado resistencias.

-¿Es verdad que se están utilizando antibióticos viejos porque los actuales ya no tienen efecto?

-Sí, si es verdad en determinados casos. Están volviendo antibióticos como la colistina, aunque ahora también empiezan a aparecer resistencias, y también está muy de moda la fosfomicina, que es bastante eficaz y es un antibiótico español. También se están utilizando sinergias de los viejos con los nuevos, aunque también es verdad que nuevos están apareciendo muy pocos.

-Dicen que a las farmacéuticas no les interesa desarrollar nuevos antibióticos porque no les resultan rentables, porque en pocos años dejarán de ser eficaces debido precisamente a las superbacterias. ¿Es así?

-Sí que es verdad que hubo unos años en los que a las farmacéuticas no les interesaba invertir en el desarrollo de nuevos tratamientos. Pero ahora la situación ha cambiado y existe un bum para buscar nuevas alternativas frente a las bacterias multirresistentes en una alianza público y privada.

-Parece, entonces, que después tantos años de alertas por fin se le han visto las orejas al lobo.

-Sí, sí totalmente. Por eso, en estos programas en los que hay inversión por las dos partes pueden ser más exitosos. Cuando quieres llegar a la clínica necesitas inversión privada, porque un ensayo cuesta mucho dinero.