El menú del mejor restaurante del mundo cuesta 250 euros

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La Ostería Francescana, el local que sirve platos tan provocativos como el famoso «!Se me ha caído la tarta de limón!», vuelve al número uno

21 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Degustar el menú del restaurante italiano Ostería Francescana supone desembolsar 250 euros. Son diez platos sacados de su refinada cocina, que se pueden maridar con vino por 140 euros más. Se trata del menú degustación del que desde el pasado martes vuelve a ser el mejor restaurante del mundo para The World’s 50 Best Restaurants. Ya figuraba en lo más alto allí en el 2016. Esta semana recuperó el trono. Y con ello, el interés por el establecimiento se vuelve a multiplicar.

Quien desee sentarse en una de sus mesas para probar las delicatesens que elabora el cocinero Massimo Bouttura debe tomárselo con calma. Como es habitual en este tipo de restaurantes de lujo hay que reservar con mucho tiempo de antelación. Hasta el mes de octubre tienen todo cubierto. El próximo 2 de julio se abren las listas de nuevo para quien desee comer en noviembre o diciembre.

¿Qué podrá saborear? Pues de primeros hay cosas como espagueti cocinado en caldo de crustáceos con tartar de gambas rojas y verduras; raviolis de puerros, foie gras y trufa; caracoles, liebre y hierbas aromáticas; o tortellini en miniatura a la modenesa servidos en caldo de capón.

Entre los segundos, langosta con salsa doble, ácida y dulce; lubina con salsa holandesa; lechón con verduras encurtidas y vinagre balsámico tradicional Villa Manodori; filete de ternera Rossini con foie gras y caviar; o chuletón de buey servido con una mezcla de hierbas aromáticas.

Cocinero carismático

Massimo Bouttura es una de las grandes celebridades de la gastronomía mundial. Apasionado e innovador a partes iguales, ha logrado que su restaurante ubicado en el corazón de Módena lograse fama internacional. No lo tuvo fácil, ya que su propuesta chocaba con la tradición italiana. Uno de sus primeros platos era colocar (solo) seis tortellini en línea. Después, sorprendió con una revisión de la lasaña sin pasta. Pese a la reacción negativa de los clientes no decayó. Bordeando el cierre, insistió. El chef Ferrán Adrià cenó en su local y lo animó a irse a El Bulli. Fue, aprendió técnicas y puntos de vista. Volvió y en el 2001 el destino le sonrió: un crítico gastronómico paró en la ciudad debido a un accidente, entró en su local, cenó y quedó maravillado. El diario Expresso recogió su crítica. Al año siguiente ya tenía una Estrella Michelin. En el 2011, tres

Algunos de sus platos más célebres son Las cinco edades del parmesano y ¡Se me ha caído la tarta de limón! Este último nació de un imprevisto cuando tenía dos de estas tartas y una se le cayó. Desde entonces, decidió presentarla siempre como ese pequeño desastre.